Redescubriendo una escultura de pez de Xochicalco, Morelos
Aproximaciones a una identidad
Una correcta identificación biológica es fundamental para una adecuada interpretación, es la llave de acceso a la información de la especie. Sin embargo, en el caso de representaciones pictográficas el proceso puede estar afectado por variables que intervienen e influyen en la identificación, como: el material en el que están elaboradas, el tamaño, la intencionalidad de una representación naturalista o no, la habilidad del artista, así como el mensaje que se quiere transmitir, entre otros.
Mediante la consulta con especialistas y la comparación con diversos ejemplares se exploraron diversas posibilidades de identificación. Una de ellas fue con el género del bagre, debido a la presencia de las barbillas, elemento característico de estos peces dulceacuícolas. Sin embargo, este grupo tiene una piel sin escamas, una aleta pectoral de tamaño menor en proporción al cuerpo y una aleta caudal furcada, rasgos no presentes en la escultura analizada.
Otra posibilidad fueron los bagres norteamericanos del género Ameiurus, conocidos como pez gato. La semejanza entre ambos se encuentra en el tipo de cola y los bigotes, pero la presencia de escamas en la escultura marca la diferencia. Se comparó también con los bagres marinos (familia Ariidae) y con los matalotes (familia Catostomidae), y se encontraron sólo rasgos parciales de similitud. Por ello y hasta el momento, consideramos que se trata de la representación genérica de un pez.
Sin embargo, debemos destacar dos aspectos que nos parecen relevantes de la escultura que nos ocupa. Por un lado, las representaciones de peces en Mesoamérica son escasas, por lo general se encuentran en formato pequeño y no atienden características naturalistas que permitan su identificación. El otro aspecto es que la escultura forma parte del mundo acuático representado en Xochicalco, una ciudad mesoamericana continental que sólo pudo conocer y tener acceso a este tipo de recursos mediante las redes interregionales.
Imágenes de peces en Mesoamérica
En términos generales, las representaciones de peces son relativamente escasas en comparación con otros grupos animales y, muchas veces, se encuentran combinadas con otros organismos, incluidos los humanos. Uno de los ejemplos más tempranos, entre 1400 y 1000 a.C., es el Monumento 58 de San Lorenzo. En el Centro de México, en sitios tempranos como Tlapacoya (1000-600 a.C.) y Tlatilco (1200-600 a.C.) se han registrado piezas cerámicas con diseños y con forma de peces.
Imagen: Vasija zoomorfa procedente de Tlatilco y plato de Tlapacoya, ambos en el estado de México. Museo Nacional de Antropología. Fotos: Archivo Digital de las Colecciones del MNA, INAH-CANON.
Claudia I. Alvarado León. Doctora en estudios mesoamericanos por la UNAM. Colaboradora del Centro INAH Morelos.
Eduardo Corona-M. Doctor en paleontología por la Universidad Autónoma de Madrid y profesor investigador del Centro INAH Morelos. Miembro del SNI.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Alvarado León, Claudia I., y Eduardo Corona-M, “Redescubriendo una escultura de pez de Xochicalco, Morelos”, Arqueología Mexicana, núm. 173, pp. 24-29.