La sacralidad de los textiles

Antonio Marín Calvo

El tzotzopaztli en las  ofrendas del Templo  Mayor de Tenochtitlan. Una aproximación simbólica

La producción textil  y sus nexos divinos

Es innegable que la mujer tuvo un  papel destacado en la época prehispánica,  ya fuera ocupando cargos de  renombre en la sociedad, como sacerdotisas  o dirigentes, sin dejar las  labores domésticas, destacando el hilado  y tejido.

Este oficio estaba dotado  de una gran carga simbólica, ya  que reproducía los actos hechos por  un grupo de dioses en los tiempos primigenios.  Por tal motivo, varias de  estas deidades eran tenidas por patronas,  y muchas también estaban  vinculadas a varios gremios de labores  específicas.

La elaboración de prendas de vestir  en el México antiguo fue un trabajo  especializado que se transmitía  de generación en generación y desde  temprana edad. Fray Bernardino  de Sahagún nos relata lo que ocurría  durante el bautizo de las niñas: “…Y  si era hembra la que se baptizaba,  aparéjabanla todas las alhajas mujeriles,  que eran aderezos para tejer y  para hilar, como era huso y rueca o  lanzadera, y su petaquilla y vaso para  hilar…”, mientras que al niño se le  entregaban armas votivas que lo vincularían  con su formación marcial.

En la descripción que nos proporciona  el fraile se aprecia que entre todo  el instrumental que le era entregado a la niña se encuentra el tzotzopaztli, conocido  comúnmente como lanzadera,  plegadera y machete de telar. De  acuerdo con Geoffrey y Sharisse Mc-  Cafferty (2019, p. 708), todos los utensilios  utilizados por las mujeres en la  confección de prendas equivalían  simbólicamente al armamento empleado por los hombres en la guerra.

Así, el tzotzopaztli simulaba al macuáhuitl,  mientras que los ejes de madera  del huso podrían aludir a las flechas;  caso similar ocurría con los malacates  que, en esta analogía, estarían relacionados  con los escudos o rodelas. Simbólicamente  estos objetos le eran cedidos  a la mujer parturienta en un acto  que reforzaba la manera en que se concebía  a la mujer como una guerrera,  ya que tras parir se creía que había tomado  como cautivo de guerra al recién  nacido.

Imagen: a) El bautizo de un infante. Se representaron los enseres para  el hilado y el tejido en la parte inferior de la imagen. Códice Mendocino,  f. 57r. b) Una mujer instruye a una joven en las artes del  tejido. Códice Mendocino, f. 60r.  FOTOS: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

Antonio Marín Calvo. Pasante de licenciatura  en arqueología (ENAH) y miembro  del Proyecto Templo Mayor desde 2015.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Marín Calvo, Antonio, “El tzotzopaztli en las  ofrendas del Templo  Mayor de Tenochtitlan. Una aproximación simbólica”, Arqueología Mexicana, núm. 179, pp. 70-77.