De este modo, aunque no aparece en los vocabularios de la lengua nahua(Gran diccionario náhuatl: https://gdn.iib.unam.mx), sí encontramos este término como glifo y glosa de antropónimo en los folios 557v y 623r de la Matrícula de Huexotzinco de 1560 (https://gallica.bnf.fr).
En ocasiones una flor, xóchitl, sustituye al chalchíhuitl como extremo de los regueros de sangre, aunque la lectura “líquido precioso” se mantiene (Dibble, 1960, 173). Así, en códices del Grupo Borgia se encuentran casos en los que se suplen ambos elementos (piedra preciosa y flor) por suaves toques de pincel con formas geométricas. En varios ejemplos del Códice Borgia (fig. 1a) el/la tlacuilo, pintor/a, usa para el gran chorro la línea de contorno y lo remata con flores y pinceladas de línea curva, mientras que en la “explosión” que produce la flecha se expande en forma circular y no está acotado.
En la fig. 1b la finalización de los regueros se remata del mismo modo, pinceladas de color, pero en la “herida del cuchillo de pedernal” tiene un diseño más complejo con rectas paralelas y semicírculos. Así, comprobamos que los o las tlacuiloque, pintores/as, de un documento prehispánico pueden utilizar varias formas.
Imagen: Códice Borgia, láminas 9 (a) y 21 (b). Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Juan José Batalla Rosado. Doctor en historia de América, subsección de antropología americana. Especialista en códices mesoamericanos y arte indígena prehispánico. Profesor de la Universidad Complutense de Madrid, España.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Batalla Rosado, Juan José, “La representación iconográfica prehispánica de la sangre en los códices del Grupo Borgia”, Arqueología Mexicana, núm. 185, p. 32-37.