Migración de los toltecas chichimecas
Folio 10v
La organización de la sociedad olmeca xicalanca
En el folio 10v anverso de la pictografía continúa la lista de los restantes señores olmecas xicalancas con sus casas señoriales: Elcoyolle, “quien tiene cascabeles grandes”, señor de Tizatepetitlan, “en la montaña de arcilla blanca”; Nahualle Tlamacazqui, “sacerdote con nahual”, señor de Olman, “donde hay hule”, cuyo glifo se compone de una cabeza de la que emana un enigmático halo de nahual con rostro humano; Cuetlachtonac, “lobo que resplandece”, señor de Tenanticpac, “encima de la muralla”, y, por último, el décimo calpolli llamado Tecciztitlan, “entre caracoles”, donde habita el señor de Tozatepec, “en la montaña de la tuza”. La narración asienta que todos estos señores eran originarios del Tlachihualtépetl: “son todos los de los olmeca xicalanca, los que eran habitantes del Tlachihualtépetl, los que primero tenían su pueblo, en cuyo tiempo llegaron los tolteca”. Lo cual expresa que eran linajes originarios de muchísimo tiempo atrás.
Folios 9v-10r
Plano de la composición política del señorío olmeca xicalanca
A continuación, el tlacuilo se esmeró en dejar un registro iconográfico muy detallado de cada señorío, con una precisa localización espacial en torno a la capital olmeca xicalanca, y esta última representada en el centro de los dos folios mostrando las dos especies de plantas emblemáticas que integraron el símbolo sagrado de la ciudad, es decir, el tule y el sauce blancos, justo al costado derecho del Tlachihualtépetl, la montaña hecha a mano. En ésta aparecen tres promontorios naturales en sus costados, siete flores rojas en la parte alta de la superficie y un batracio en la cúspide. A su lado izquierdo se dibujó la casa del señor Amapane, quien ahí residía.
Para estructurar la narración se utilizó un esquema gráfico radial para situar las divisiones del territorio enmarcando en un rectángulo cada señor y su dominio. Precisamente el rectángulo en la escritura indígena se empleó para representar la tierra y, en este caso, cada uno posiblemente nos remite a los dominios de cada parcialidad. En cada escena figura un señor sentado frente al portal de una construcción que representa el tecpan o casa señorial; algunas casas se figuraron de perfil como era la costumbre en la escritura náhuatl, mientras que otras están de frente, representando un par de columnas con su dintel, arquitrabe friso y cornisa.
Las casas varían en su diseño y colorido; algunas muestran en las paredes diferentes materiales que probablemente son el reflejo del paisaje urbano de cada lugar; casas de piedra cortada, otras encaladas, otras con fondo en petatillo, etcétera; todas rematan en diferentes cornisas; algunas almenadas, otras con una especie de puntas de obsidiana. Estos elementos son significativos pues permiten considerar el estatus de cada casa señorial y en ocasiones las funciones que tenían dentro de la estructura regional.
Todos los señores están figurados de perfil y cuerpo completo, sentados en un banco frente al dintel de su morada, cubiertos con una tilma, con la cabeza decorada con una banda que en lo alto lleva un atado de plumas. Algunos están ligados a su antropónimo, en otros va separado mientras que en otros se incorporó a su cuerpo como parte de su atuendo. La mayoría miran de frente al topónimo que describe sus dominios. Solamente en un caso se integró el topónimo con la casa señorial.
En la descripción alfabética se precisó el lugar de los señores y aquí apuntaremos algunos detalles de los glifos y personajes. La primera casa, esquina inferior izquierda, corresponde al Tlalchiyach Tizacozque, “tiene collares de arcilla”, cuyo antropónimo se compone de un sahumador o pipa con un halo negro. Frente a él, el topónimo compuesto por una montaña con un cajete trípode.
El segundo corresponde al Aquiyach Amapane, cuyo antropónimo se compone de una bandera y el topónimo tiene una forma extraña, de tiras de papel con cabello, quizás aludiendo a que ahí los cautivos sacrificados se convertían en amapantzitzin, “venerables banderas de papel”. El tercero se refiere al señor Mixtoma, “desata nubes”, cuyo antropónimo se compone de una mano con una pelota de hule, olli, como determinativo de la sílaba -to para indicar la lectura toma, “desatar”. El topónimo está integrado por un manantial del cual emerge un árbol con frutos, probablemente texocotl, “tejocote”, para dar la lectura Axocotitlan, “en el agua del fruto agrio”.
Imagen: Historia Tolteca Chichimeca, f. 9v. Reprografía: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Francisco González Hermosillo Adams. Dirección de Estudios Históricos, INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
González Hermosillo Adams, Francisco, “Historia Tolteca Chichimeca. Parte 1 (edición facsimilar) Segundo relato. Migración de los toltecas chichimecas”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 107, pp. 36-71.