Las joyas de Martín Océlotl

Xavier  Noguez

Origen

Martín Océlotl, indio vecino de Texcoco, se le conocía como un hechicero rico y poderoso, además de profeta y curandero. Había nacido en Chinantla, en el actual estado de Puebla, de una familia que no pertenecía a la nobleza. Su reputación de poseer poderes sobrenaturales se había extendido en una amplia región del centro de la Nueva España. Se decía que años antes, en 1509, había vaticinado la caída de Motecuhzoma segundo, debido a la llegada de gente foránea. El gobernante tenochca lo manda ejecutar, pero, según se relata en su juicio, él revive y continúa sus actividades. Finalmente, las autoridades españolas lo consideraron como un peligroso hechicero y dogmatizante, que andaba pregonando, entre otras ideas, que los frailes eran en realidad tzitzimime o seres malévolos del panteón mexica. En noviembre de 1536 es apresado por la Inquisición y enjuiciado. Se da a conocer la sentencia en febrero de 1537. Se confiscan sus bienes y se le condena a ser trasladado a España, para su encarcelamiento a perpetuidad, porque “...si se quedase y estuviese en la Nueva España sería muy dañoso para los naturales de esta tierra...”. A partir de este momento la historia de Océlotl se desvanece. No sabremos si llegó a Sevilla, su destino final, o algún percance fatal sucedió durante el viaje. En 1540 se descubrieron bienes de Océlotl escondidos por un mercader indígena en una casa del barrio de Santa Inés, al noreste del templo de Santiago Tlatelolco, en la orilla norte de la isla. Parte de dichos bienes fueron registrados en la pintura que ahora analizamos. En el juicio, publicado originalmente en 1912, no se reprodujo la pintura, aunque dicho texto contiene la descripción de los diferentes objetos.

Principales estudios

En la publicación que lleva el título de Procesos de indios idólatras y hechiceros se dio a conocer el texto del juicio completo en contra de Océlotl, pero no se reprodujeron las dos ilustraciones que acompañaban a una especie de addendum posterior, donde se registró su existencia y una descripción de su contenido, así como el fin que tuvieron al ser subastados en almoneda pública. Fue hasta la aparición del trabajo de Barlow, cuando el autor norteamericano, en un breve artículo, se refirió particularmente a las pictografías y las reprodujo sin color. Autores modernos se han concentrado en el análisis del juicio, desde diversas perspectivas, y sólo hacen una referencia muy breve al contenido de esta pintura. En la obra Derechos, tierras y visión del mundo de los pueblos indígenas existe una excelente reproducción a color, acompañada de una descripción general.

Otros nombres:“Proceso del Santo Oficio contra Martín Ucelo, indio, por idólatra y hechicero”

Lugar donde está depositado: Archivo General de la Nación de México, Inquisición, volumen 37, expediente 4, fojas 132-147.

Fecha de elaboración: Enero de 1540.

Lugar de origen: Probablemente México-Tlatelolco.

Características físicas: Se trata de papel europeo de 43 por 47 centímetros.

Formas y colores: Se aprecia que el tlacuilo conocía tanto las formas como los significados de los objetos que reprodujo. Predomina el estilo indígena, incluso en la representación de dos monedas de acuñación colonial que presentan coronas europeas. En una nota que acompaña al dibujo de la pintura, Robert H. Barlow describe los colores como “Pintado en rojo indio, verde hoja seca y amarillo ocre, lo que representa el oro”. Agregamos el color negro para delimitar las figuras (línea estructura) y para iluminar algunas de ellas.

Las joyas de Martín Océlotl

Originalmente formó parte del legajo arriba descrito, junto con una segunda ilustración que se reproduce en el artículo citado de Robert H. Barlow. Previamente se había realizado un inventario que demuestra la posesión de una buena cantidad de bienes inmuebles y diversos artículos de valor que poseía Martín Océlotl. Un mercader de Tlatelolco, de nombre Martín, entregó otras posesiones al nuncio Cristóbal de Canego. El primero de enero de 1540 se realizó el inventario y, parece que, en ese momento se elaboró la pintura que ahora reproducimos. El 13 de marzo de 1540, el juez de bienes del Santo Oficio ordenó realizar la almoneda pública, una subasta de los bienes confiscados. Las ganancias por la venta para la Inquisición fueron de 52 pesos de oro bajo de minas y 37 pesos de oro de tepuzque.

La relación entre el inventario que se realizó el primero de enero de 1540 y las imágenes de la pintura no concuerdan completamente. En la pintura aparecen objetos de difícil identificación como el que se encuentra en el lado superior izquierdo: un círculo amarillo con puntos negros (¿oro de tepuzque?). Más adelante se muestran dos monedas acuñadas con la corona real española y círculos blancos alrededor de las mismas. El cuarto objeto parece una pieza redonda (tejuelo) de oro. A continuación se registraron dos aves que se describen como “un águila y un búo de oro”, el águila es bicéfala. Queda aún por aclarar los numerosos puntos negros que acompañan a estas figuras, que no parecen corresponder necesariamente a unidades de cómputo, como se puede constatar en las cantidades que se asocian a las aves pintadas. Sin embargo, los puntos podrían referirse a los valores que se les había asignado en algún sistema de conteo adicional. La siguiente columna está compuesta de dos mantas de mayor tamaño con adorno cuadriculado y círculos blancos. La composición gráfica es de corte tradicional indígena. Le siguen cinco piezas de tela (“mantillas”) con tres bragas (“masteles”) colocadas en la parte superior. Un “moscador de pluma” fue adicionado, así como cinco mantas con adornos de franjas rojas y líneas negras. En las dos últimas secciones se suman 40 piezas de cerámica que se describen sólo como “veinte é tantas xícaras pequeñas”. El texto del juicio menciona cargas de cacao que no aparecen ilustradas.

 

Procesos de indios idólatras y hechiceros (III), Secretaría de Relaciones Exteriores/Archivo General de la Nación, México, 1912. (El juicio en contra de Martín Océlotl se encuentra entre las páginas 17 a 51.)

 

Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, dedicado al estudio y publicación de códices coloniales del centro de México.

Noguez, Xavier, “Las joyas de Martín Océlotl”, Arqueología Mexicana, núm. 142, pp. 12-13.

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