Ome tochtli. El signo de los borrachos

Diana Magaloni Kerpel

Ome tochtli (dos conejo)

 

El libro IV aborda los signos del tonalpohualli, el calendario ritual de 260 días. El tonalpohualli significa la cuenta (del verbo pohua) de la energía o calor solar (tonalli), de cada día. El tonalpohualli servía como sistema de adivinación y era practicado por todos en Tenochtitlan para guiar sus destinos de acuerdo con las reglas del cosmos. Había 20 nombres para los días, como cipactli (lagarto), ehécatl (viento), calli (casa), cuetzpali (lagartija), cóatl (serpiente), miquiztli (muerte), mázatl (venado), tochtli (conejo), atl (agua), etc., hasta terminar en xóchitl (flor). Los 20 signos se engranaban con un ciclo rotativo de 13 numerales. La rotación le daba a cada día una posición en el espacio y un poder especial para influir en el destino humano. Había cinco días que provenían del norte, cinco del este, cinco del oeste y cinco del sur, cada uno con su carácter respectivo y sus influencias.

Las pinturas en el libro IV del Códice Florentino representan los numerales como una serie de pequeños círculos, casi todos coloreados con rojo nocheztli, y algunos con otros colores como amarillo y azul, para significar que los numerales se asocian con distintas direcciones del calendario (este, norte, oeste y sur). En el Códice Florentino, lib. IV, fol. 270r., observamos el día matlactli quauhtli (10 águila), con sus numerales y el signo asociados al ritual de bañar al niño en ese día, para darle el preciso nombre calendárico. El texto describe que quien nace en este día tendrá buena ventura, ya que es el signo de la hombría, del valor viril, el día en el que nacen los grandes guerreros con carácter, valentía y autocontrol. Se observa el color de los numerales en rojo nocheztli, vemos en una fotografía al microscopio estereoscópico la consistencia transparente de la tinta y su color característico. En todas las representaciones de los signos con numerales en rojo hay una excepción. El día ome tochtli (2 conejo) fue pintado de rojo con otro color que no es nocheztli, sino el pigmento europeo minio. La descripción advierte que quien nace en este signo “no hace otra cosa que beber vino. Quien nace en esa fecha es el más grande borracho”. Los estudios mediante XRF identificaron que el pigmento es, efectivamente, minio. Éste es un pigmento usado ampliamente en Europa desde la Edad Media para pintar manuscritos, de ahí el nombre “manuscritos miniados”.

El rojo minio contrasta con el nocheztli. Como pigmento mineral, el minio tiene alto poder cubriente y al ser pintado sobre la línea negra de dibujo, la cubre; esto se observa en la fotografía de detalle al microscopio estereoscópico. El rojo minio es el único pigmento europeo usado por los artistas del Códice Florentino. En el contexto del tonalpohualli, sutilmente los artistas están señalando que la afección de ser “borracho” está influida por la energía del Sol (tonalli) que proviene de España. Es sabido que las bebidas embriagantes en Tenochtitlan estaban controladas por el ciclo ritual; todos los habitantes podían ingerir pulque en determinadas fiestas y con un propósito específico. En cambio, bajo el dominio español las pulquerías se volvieron un negocio de pequeños empresarios y los nahuas comenzaron a embriagarse por vicio o diversión. La manera de comunicar que ésta es una nueva realidad, de un nuevo tiempo o un nuevo Sol, es mediante el color: el pigmento rojo minio tiene un significado de temporalidad distinto al rojo nocheztli, cada uno señala el tiempo de una era o Sol diferentes. El nocheztli, el tiempo mexica, el minio, el virreinato.

 

Diana Magaloni Kerpel. Doctora en historia del arte por la Universidad de Yale. Fue directora del Museo Nacional de Antropología. Investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

Tomado de Diana Magaloni Kerpel, “Ome tochtli (dos conejo)”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 90, p. 50-52.