Pepinos de mar en las ofrendas de Tenochtitlan

Francisco Alonso Solís-Marín et al.

Tesoros oceánicos del pasado. Los pepinos de mar en las ofrendas de Tenochtitlan

Finalmente, en lo tocante a los equinodermos, Francisco Solís- Marín y su equipo de biólogos marinos contabilizaron 6 taxones de estrellas de mar (13 individuos), 1 de erizos de mar (7 individuos), 1 de galletas de mar (1 individuo), 1 de bizcochos de mar (3 individuos), 1 de estrellas serpiente (1 individuo) y 5 de pepinos de mar (5 individuos). Ellos también detectaron restos de al menos 1 taxón de poríferos (1 esponja de mar).

Las cifras totales de la fauna recuperada en la Ofrenda 126 son simplemente abrumadoras: un número mínimo de 1 688 individuos pertenecientes a nada menos que 167 taxones, el 90.4 % de los cuales son de origen marino. Esta gran biodiversidad de los niveles intermedios obedece seguramente a que los sacerdotes mexicas pretendieron enunciar materialmente, en términos de la antropóloga Danièle Dehouve, una clásica definición por extensión. En otras palabras, decidieron expresar la idea general del océano a través de la enumeración puntual de cada una de sus partes. En lengua náhuatl, la definición solía hacerse por difrasismos o trifasismos, o sea, por listados de dos o tres componentes simbólicamente conectados entre sí. Pero en la Ofrenda 126 estaríamos ante un verdadero listado exhaustivo o inventario completo de los organismos que habitan ese “mundo acuático” de fertilidad absoluta que, en la cosmovisión mexica, se localiza justo por debajo y alrededor de la costra del monstruo telúrico primigenio.

 

Francisco Alonso Solís-Marín. Curador de la Colección Nacional de Equinodermos del ICML-UNAM.

Andrea Alejandra Caballero-Ochoa, Tayra Parada-Zárate y Carlos Andrés Conejeros- Vargas. Miembros del Laboratorio de Sistemática y Ecología de Equinodermos del ICML-UNAM.

Belem Zúñiga-Arellano y Leonardo López Luján. Investigadores del PTM-INAH.

Solís-Marín,  Francisco Alonso et al., “Tesoros oceánicos del pasado. Los pepinos de mar en las ofrendas de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 166, pp. 20-26.