Manifestaciones gráfico rupestres en Atzala, Guerrero
La pintura rupestre realizada en los primeros momentos del contacto con los españoles contiene un sinnúmero de elementos iconográficos, contextuales y simbólicos que reflejan los inicios del contacto entre la cultura mesoamericana y la cultura europea del siglo XVI. ¿Qué son las pinturas rupestres o manifestaciones gráfico rupestres?, son imágenes grabadas o pintadas sobre superficies rocosas, como resultado de una actividad cultural, en las que se representan conceptos, creencias e ideas (Manzanilla López, 2008).
A partir de 1521, año en que los españoles iniciaron la repartición y ocupación del territorio, se emprendieron una serie de interacciones en las cuales los indígenas y los españoles negociaron en diversas cuestiones sociales, como lo fue el aspecto sagrado y religioso. En el presente artículo se abordarán algunos ejemplos de sincretismos religiosos que quedaron plasmados en la gráfica rupestre que se encuentra en la población de Atzala, municipio de Taxco, en Guerrero.
Dentro de la esfera de lo religioso, estas negociaciones se llevaron a cabo tanto de manera implícita como explícita, para lograr una fusión de características culturales y religiosas que resultara efectiva. Por una parte estaban los europeos con un fuerte sentido cristiano, cuyo objetivo principal era la evangelización de los pueblos indígenas a través de la superposición e imposición de prácticas y creencias religiosas, pero dejando lugar a prácticas sincréticas que permitían la adopción del catolicismo de una forma más rápida y factible. Por el otro lado estaba la tradición prehispánica que, en una resistencia cultural, se negaba a desaparecer a través de prácticas sincréticas que mezclaban elementos indígenas y cristianos; así, entre cruces, santos y vírgenes se entreveían creencias, deidades y ritos mesoamericanos. Lo anterior, menciona Domingo Plácido (1988, p. 232), en parte fue posible debido a las características ambivalentes de las deidades, que tenían la cualidad de adaptarse a diversas funciones religiosas.
Estos procesos sincréticos se dan tanto en las prácticas religiosas, como en los elementos materiales de representación. Uno de los escenarios materiales son las pinturas rupestres que aún se pueden apreciar en el poblado de Atzala, donde se evidencia el mencionado sincretismo y la superposición de elementos formales e iconográficos cristianos reutilizando los paramentos donde aún existían pinturas rupestres prehispánicas.
Las pinturas rupestres o manifestaciones gráfico rupestres Para su descripción, el área de las pinturas rupestres se ha dividido en tres conjuntos. El conjunto 1 se divide en dos paneles sobre un paredón de piedra caliza. El panel A presenta tres representaciones en color blanco: una es un triángulo invertido, atravesado por una línea vertical desde su vértice inferior, sobresaliendo aproximadamente 10 cm de su lado superior. En la parte inferior tiene una línea semicircular que lo rodea hasta la mitad de su altura vertical. La segunda pintura parece ser la representación del dios Tláloc, una figura antropomorfa realizada a través de figuras geométricas, cuyo eje principal es una línea vertical a manera de torso; en la parte baja tiene líneas rectas a manera de extremidades inferiores, y hacia la mitad del torso tiene una línea horizontal a modo de brazos, los cuales están abiertos y flexionados en ángulo recto hacia abajo. Siguiendo la línea de lo que parece ser el torso hay un rectángulo colocado horizontalmente que podría ser la boca, seguido por dos círculos, los ojos, y remata con una línea a manera de tocado que se curva en el extremo superior a modo de voluta. La tercera representación es un elemento zoomorfo, al parecer un águila bicéfala con un elemento que ciñe las cabezas y que podrían representar coronas como signos de realeza. Una flecha vertical que apunta hacia arriba pasa hacia la izquierda de la corona, y un elemento geométrico vertical parece ser sostenido con el ala derecha.
Imagen: Imagen: Pinturas rupestres de Atzala: a: Representación de Tláloc. Probablemente del Posclásico Tardío. b: Triángulo. Probablemente del Posclásico Tardío. Fotos: Raúl Barrera Rodríguez.
Lorena Medina Martínez. Arqueóloga por la ENAH. Maestra en antropología por la Universidad de Alaska, Anchorage. Colabora con el Programa de Arqueología Urbana del INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Medina Martínez, Lorena, “Manifestaciones gráfico rupestres en Atzala, Guerrero”, Arqueología Mexicana, núm. 173, pp. 80-85.