¿Qué hacen los investigadores del Templo Mayor? La importancia del dios Xipe Tótec entre los mexicas

Carlos Javier González González

Egresé de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en 1979 y en ese mismo año me incorporé al equipo del Proyecto Templo Mayor, coordinado por Eduardo Matos, lo que me permitió excavar varias ofrendas, entre ellas una de las más representativas por su fuerte carga simbólica: la ofrenda 41, una caja de piedra con tapa (tepetlacalli) en cuyo interior se encontraba gran cantidad de objetos en miniatura dedicados a Tláloc, como animales estilo Mezcala, peces elaborados en concha nácar, canoas y remos. Tres años más tarde, en 1982, gané la plaza como profesor investigador del INAH y en 1986 obtuve la licenciatura en arqueología con la tesis “El estilo Mezcala en el Templo Mayor: una clasificación de piezas antropomorfas”, realizada en colaboración con Bertina Olmedo Vera. El Mezcala constituye una de los estilos escultóricos más importantes de Mesoamérica y las piezas se producían en la región del Río Mezcala, en el actual estado de Guerrero. Su numerosa presencia en el Templo Mayor, representada por máscaras y figuras antropomorfas elaboradas en piedra pulida, nos permitió clasificarlas y estudiarlas en el contexto de las ricas ofrendas mexicas.

En 1999 inicié un proyecto de investigación que tenía como objetivo conjuntar la información arqueológica y la de fuentes documentales sobre el antiguo recinto sagrado de Tenochtitlan, con el fin de lograr una reconstrucción lo más aproximada posible de ese espacio religioso. Durante el proceso de recopilación de datos, fue resaltando por sí misma la importancia que tenía para los mexicas la fiesta dedicada al dios Xipe Tótec, tlacaxipehualiztli, así como los escenarios arquitectónico y escultórico vinculados con su celebración, caracterizada por el desollamiento de las víctimas sacrificadas en su honor.

Mi atención se fue centrando hacia la figura del dios y su relación con la guerra y con la figura del huey tlatoani, gobernante supremo de los mexicas. Saltaba a la vista que Xipe Tótec era una de las contadas deidades cuyos atavíos eran portados por el gobernante y, además, cuando comandaba al ejército de la llamada Triple Alianza. En su fiesta, por otro lado, se celebraban las victorias militares recientes y se sacrificaban, sobre todo, guerreros cautivos; se hacían distinciones entre ellos y se exaltaba a los guerreros locales que los habían capturado.

Todo lo anterior, independientemente de que, retomando y dando por válida una interpretación centenaria de Eduard Seler, se le consideraba un dios de la primavera (debido, sobre todo, a que tlacaxipehualiztli coincidía con el equinoccio vernal). El desollamiento de víctimas realizado en su honor era visto como una representación simbólica de la renovación vegetal.

De esta manera, elaboré inicialmente un proyecto de investigación cuyo principal objetivo sería abordar la relación del dios con la guerra y el poder, considerando que su aspecto agrícola ya había sido suficientemente tratado. Sin embargo, conforme fui profundizando en la recopilación de datos de las fuentes primarias, especialmente las obras de Bernardino de Sahagún y Diego Durán, se hizo patente que en realidad Seler sólo había visto “la punta del iceberg”, y que la mayor parte del fenómeno permanecía oculto. El vínculo del dios con el maíz y la siembra resultó ser mucho más estrecho y significativo que lo esperado, de manera que la interpretación del erudito alemán, a la luz de las conclusiones de nuestro trabajo de investigación, terminó por ser demasiado general y poco apropiada para el pensamiento religioso mesoamericano. Por un lado, como lo habían hecho ver H.B. Nicholson y Johanna Broda, la propuesta del desollamiento de víctimas como expresión simbólica de la renovación vegetal carecía de sustento en las fuentes documentales y, por el otro, la actividad ritual en tlacaxipehualiztli manifiesta una preocupación por algo mucho más tangible e inmediato: la regeneración del maíz, acontecimiento capital en la mentalidad indígena, del cual dependía la renovación de la vida en general.

 

Carlos Javier González González. Arqueólogo. Doctor en estudios mesoamericanos. Fue Director del Museo del Templo Mayor.

González González, Carlos Javier , “La importancia del dios Xipe Tótec entre los mexicas”, Arqueología Mexicana, edición especial, número 56, pp. 73-75.