Taxidermia mexica en el Templo Mayor

Osiris Quezada Ramírez et al.

Sólo siete de 14 cadáveres de águilas reales depositadas en las ofrendas 120 y 125 del Templo Mayor de Tenochtitlan estaban completos. A las restantes siete águilas se les quitaron los huesos de la caja torácica, la mayoría de las vértebras y parte de los huesos de las alas y las patas, entre otras manipulaciones. Esto sugiere que se les dio algún tratamiento para preservar piel y plumas.

Aunque existen algunas variantes en los métodos modernos para preparar aves taxidérmicamente, a continuación se describen algunas de las maniobras más comunes realizadas durante el proceso de preparación de la piel y que dejan marcas en el esqueleto de los ejemplares tratados.

Uno de los pasos fundamentales en el proceso de desuello consiste en retirar los órganos internos y los huesos de la parte central del cuerpo. La caja torácica, la pelvis y la columna vertebral son extraídos del ejemplar junto con todo el tejido blando que se encuentra adherido en esa área del cuerpo.

A partir de un corte transversal en el vientre del ave, la piel se va desprendiendo cuidadosamente de los músculos como si fuera una prenda de vestir. Los huesos de las piernas y las alas se sacan de la piel y se descarnan. Ya limpios de tejido blando se vuelven a meter en la piel y se conservan parcial o totalmente junto con ésta para dar forma a las extremidades en los ejemplares de estudio, y para facilitar el montaje si el ave está destinada a la exhibición.

La última vértebra (llamada pigostilo) se deja siempre dentro del espécimen para evitar que el plumaje se separe, ya que las plumas de la cola se encuentran adheridas a ese hueso de la columna. El cráneo también se conserva dentro de la piel para dar la forma de la cabeza. En el proceso de limpieza de esta área, se realiza un corte o una pequeña perforación en la nuca por donde se drena toda la masa encefálica.

Este tipo de modificaciones en los cráneos fueron de las primeras evidencias que se pudieron observar en los ejemplares arqueológicos del Templo Mayor. En los cráneos aparecieron cortes y orificios por donde les había sido extraída la masa encefálica. Se detectaron tres tipos de técnicas para este procedimiento: a) corte: en estos ejemplares se realizó un corte transversal con el que se retiró la región posterior del cráneo; b) ampliación del foramen magnum: este orificio, ubicado en la base del cráneo, fue modificado mediante golpes precisos y controlados para agrandar la abertura natural y a través de ésta vaciar la cavidad craneal; c) percusión: en estos casos se realizó un orificio en la nuca por medio de golpes controlados.

Imagen: a) Águila real (Aquila chrysaetos) en cautiverio. b) Izquierda: Cráneo de águila cortado. Derecha: Cráneo con huellas de corte inconcluso. c) Cráneo percutido en la nuca para extraer la masa encefálica. d) Izquierda: Cráneo con ampliación del foramen magnum. Derecha: Cráneo sin ampliación. Digitalización: Raíces. Fotos: Boris de Swan / Raíces. Dibujo: Julio Romero.

 

Osiris Quezada Ramírez. Pasante en arqueología por la ENAH y colaboradora del Proyecto Pirámide del Sol; actualmente desarrolla el proyecto de investigación “Sistemas constructivos en el Templo Mayor de Tenochtitlan”.

Norma Valentín Maldonado. Bióloga por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN; investigadora de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH; colaboradora del Programa de Arqueología Urbana y del Proyecto Templo Mayor.

Amaranta Argüelles Echevarría. Pasante en arqueología por la ENAH; colaboradora del Proyecto Templo Mayor desde 2007.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Quezada Ramírez, Osiris et al. , “Taxidermia y cautiverio de águilas en Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 105, pp. 18-23.

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