Tezcatlipoca y la muerte de Moctezuma Xocoyotzin

Xavier Noguez

Lámina XXIV del Códice Azcatitlan. La muerte de Moctezuma Xocoyotzin

Entre los numerosos enigmas históricos que aún se presentan en ese relevante evento que fue la conquista hispana de los mexica-tenochcas y mexica-tlatelolcas se encuentra la muerte de Motecuhzoma Xocoyotzin. Las fuentes gráficas y escritas no se ponen de acuerdo en torno a este lamentable suceso. Después de una estancia no muy larga en la capital tenochca, y tras de haber salido hacia Veracruz para enfrentar y derrotar a Pánfilo de Narváez en Veracruz, Hernán Cortés regresa a la capital tenochca el 24 de junio de 1520. Como respuesta a la creciente animadversión provocada por la matanza ordenada por Pedro de Alvarado en el Templo Mayor, días más tarde el líder de la tropa española decide dejar Tenochtitlan. Entre esta última fecha y el 30 del mismo mes, cuando se produce el evento ahora conocido como la “Noche Triste”, Motecuhzoma es asesinado.

Las diferentes versiones culpan a sus captores, quienes lo atravesaron con una espada ¿en el pecho o en el bajo vientre?, cuando estaba ya encadenado, como podría interpretarse una controversial imagen del Códice Moctezuma, o al ataque de la población local sumamente irritada en contra de su gobernante, por su actitud débil frente a los invasores. Lo que sabemos con cierta seguridad es que Cortés ordenó a Motecuhzoma subir al pretil de la azotea del palacio de Axayácatl, con el objeto de apaciguar los ánimos de su gente, como aparece en una de las secciones del códice citado previamente. Ahí, y a pesar de la protección que le estaban brindando algunos soldados españoles, según Bernal Díaz del Castillo (2014, cap. 126) los mexicas y algunos miembros de otros grupos que estaban presentes atacaron a Motecuhzoma con piedras, varas y flechas hiriéndolo en varias partes de su cuerpo. Estas heridas y su condición de no comer debido a un profundo abatimiento de su ánimo, desencadenaron su muerte.

Fray Diego Durán (1990, vol. 1, p. 328) comenta respecto al uso de flechas: “…otros dicen que juntamente lo hirieron en el pie de un flechazo… la cual relación es de diversos autores, porque lo del flechazo no lo trata esta historia sino [es] relación de un indio en particular”. Entonces es posible que la relación de la muerte del Moctezuma por una flecha que atraviesa su pierna y no por las heridas provocadas por las piedras o las varas, sea una información nativa exclusivamente.

Y respecto a esta narrativa quisiéramos analizar una hipótesis basada en la lámina XXIV del Códice Azcatitlan, manuscrito pictográfico indígena colonial del Centro de México que narra la historia de los mexicas antes y después de la conquista. En la sección izquierda se identifica parte de una escena incompleta donde se registran varios guerreros mirando hacia el lado izquierdo. Uno de ellos ha caído en combate y el de la imagen principal se protege con un traje acolchado de algodón; porta una macana (macuáhuitl), un escudo, un estandarte en la espalda que intenta identificar los que portaban los tlaxcaltecas con garzas y otras aves. Este guerrero sostiene con la mano izquierda una oriflama con la imagen del Espíritu Santo, que ya se había registrado también en la lámina XXIII del mismo códice. En la parte superior se pintó un basamento escalonado con arcadas expresadas a la manera europea. En la parte central aparecen dos músicos tocando un teponaztli (instrumento cilíndrico horizontal de madera) y un tlalpanhuéhuetl (tambor acomodado directamente en el suelo). Se agregaron también la cabeza decapitada de un guerrero con yelmo de ave y otro más con una vestimenta en forma de felino. Más hacia la derecha aparece lo que sería el Templo Mayor de Tenochtitlan como una gran y extraña pirámide escalonada.

En la parte superior aparece una doble capilla expresada de una manera muy singular. En su interior aparecen dos tlatoque o gobernantes que podrían identificarse como Cacama, señor de Tetzcoco, e Itzcuauhtzin, gobernante militar (cuauhtlato) de Tlatelolco. En la parte inferior del basamento piramidal vemos un guerrero ataviado con yelmo de ave (¿águila?), con escudo y macuáhuitl. Al frente está la imagen que aquí más nos interesa: Motecuhzoma muestra una diadema de turquesa (xiuhuitzolli) y una elaborada tilma cubierta de rombos y círculos y un borde que se conoce como tenchilnahuayo, que se repite en lo que parece ser parte de su máxtlatl (bragas). Va cayendo de cabeza y su pierna ha sido flechada. Esta escena no recrea los ambientes hostiles a los que anteriormente se refirieron Díaz del Castillo y Durán. No se ven españoles ni mexicas alebrestados como participantes del conflicto derivado de la aparición de Motecuhzoma en la azotea de un palacio.

¿Cuál sería la razón de enfatizar esta forma de terminar con la vida del gran señor gobernante de Tenochtitlan que se registra en este códice? Existe la posibilidad de que otros relatos se asocien indirectamente a esta particular escena, que tiene como denominador común una herida, real o ficticia, en la pierna. Mencionamos un texto al respecto. En su Monarquía indiana (1975, vol. I, pp. 250-251), fray Juan de Torquemada relata cómo el tlatoani tenochca Axayácatl, después de su derrota ante los michuaque (purépechas) en 1478, invadió otras partes de la provincia matlatzinca, hoy valle de Toluca. Logró dominar a varios importantes señoríos “chichimecas y otomíes”. Y cuando se enfrentó al de Xiquipilco, su gobernante, de nombre Tlilcuetzpallin (“lagartija negra”), “…le acometió con grande ánimo y le dio un golpe en el muslo del que [Axayácatl] quedó herido”. Otros dos otomíes, de nombres Itzcuicuani y Tlamaca, también atacaron al señor tenochca. Afortunadamente, unos guerreros de su ejército lograron socorrerle: “Libráronlo y lleváronlo a curar y estando herido el rey en la parte dicha de que quedó cojo para siempre”. [...]

Entonces, ¿cuál sería la importancia de la presencia de la pierna herida en la muerte de Motecuhzoma, según el Códice Azcatitlan, y en la magnífica escultura monumental dedicada a Tízoc? Proponemos la hipótesis de que es una aparición de Tezcatlipoca, quien no es flechado en una pierna, sino que pierde el pie izquierdo al nacer. El origen de este accidente mítico lo relata Henry B. Nicholson (1954, pp. 164-170) en su nota sobre la reconstrucción de una escultura prehispánica donde Tezcatlipoca logra salir del centro de un gran chalchíhuitl, colocado en el centro del cuerpo de un cipactli. En numerosas representaciones esta deidad usa un espejo humeante como una especie de “prótesis” en lugar de su pie faltante.

 

Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, dedicado al estudio y publicación de códices coloniales del centro de México.

Noguez, Xavier, “Lámina XXIV del Códice Azcatitlan. La muerte de Moctezuma Xocoyotzin”, Arqueología Mexicana, núm. 161, pp. 81-85.