Un bajorrelieve de águila real

Rodolfo Aguilar Tapia et al.

Un bajorrelieve de águila real al pie del Templo Mayor

El impresionante bajorrelieve del águila real que hoy damos a conocer fue esculpido con maestría sobre una losa de tezontle rojo. Sus dimensiones, 1.06 m de largo x 70 cm de ancho, lo convierten, de entre un conjunto de 67 relieves hallados, en el de mayor tamaño encontrado hasta el momento. Sobre la piedra los escultores mexicas representaron una itzcuauhtli o “águila de obsidiana”, ave identificada con el águila real (Aquila chrysaetos canadensis) (Gilonne, 1996).

La rapaz fue tallada de cuerpo entero y de perfil. En proporción con su cuerpo, sobresale su cabeza, donde se percibe un ojo anular y un pico robusto en forma de gancho, del que sale la lengua. Las alas, ligeramente desplegadas, logran percibirse a los costados del ave y muestran varias hileras de plumas, al igual que en la cola del animal. Mientras que las patas, abiertas en compás, fueron representadas de manera poderosa, como si el águila caminara hacia la izquierda, hacia donde también apunta su cabeza. La depredadora presenta una serie de 26 cuchillos sacrificiales que, erizados a manera de plumas, sirven de convención gráfica para calificarla como una itzcuauhtli, tal como aparece representada iconográficamente en diferentes códices y otros monumentos escultóricos; rasgo que, por cierto, reitera su origen celeste, su fiereza y sus vínculos con la guerra y el sacrificio.

 

Rodolfo Aguilar Tapia, Mary Laidy Hernández Ramírez, Karina López Hernández. Pasantes en arqueología por la ENAH. Jacqueline Castro Irineo. Pasante en antropología física por la ENAH. (Todos son integrantes del Proyecto Templo Mayor.)

Rodolfo Aguilar Tapia, Mary Laidy Hernández Ramírez, Karina López Hernández y Jacqueline Castro Irineo.

Aguilar Tapia, Rodolfo et al., “Un bajorrelieve de águila real al pie del Templo Mayor”, Arqueología Mexicana, núm. 166, pp. 72-76.