Visiones serpentinas y laberintos mayas. La ruta de la resurrección de los reyes

David Freidel, Charles Suhler

Los antiguos mayas de las Tierras Bajas creyeron que el mundo de los vivos y el de los ancestros y los dioses estaban unidos por caminos dotados de vida que permitían la comunicación entre las almas, su reunión durante las plegarias y la dependencia mutua para su sustento. Estos caminos conducían a las almas de los difuntos hasta el sitio del ciclo donde resucitarían y por ellos mismos las almas retomaban desde su lugar junto a los dioses hasta las entrañas de las mujeres preñada para así renacer.

Los artistas mayas representaron estos caminos como fantásticas serpientes y. en los textos jeroglíficos del Clásico, incluso los llamaron serpientes. Entre los estudiosos de hoy en día se les conoce como “visiones con serpientes” o “visiones serpentinas”.

Un vasto conjunto de restos y objetos se vinculan metafórica y simbólicamente con esas serpientes: cordones umbilicales, cuerdas colgadas de las vigas de las casas para que se afianzaran en ellas las parturientas, intestinos de las víctimas sacrificadas, hilos de humo que se desprendían de las ofrendas y fenómenos celestes, como el recorrido del Sol.

Hubo muchas visiones serpentinas llamadas de distintas maneras. Sin duda, Sak Nikte’ Kan, Alma Blanca Serpiente Flor, quien trae a las almas para que nazcan en este mundo, es una de las categorías más importantes, difundidas y antiguas entre las visiones serpentinas; se remonta al periodo Preclásico mesoamericano, como lo ha señalado Julia Kappelman.

Sak Bak Nakan, Serpiente Hueso Blanco, es una variante de la serpiente portadora de almas y se le representa como un par de mandíbulas en la tapa del famoso sarcófago del rey Pakal, en Palenque. El rey cae en ellas para entrar al camino viviente que le conducirá a su resurrección en el ciclo, como el Dios del Maíz. Los lados del sarcófago están adornados con retratos de los ancestros más renombrados de Pakal. El sarcófago en forma de trono descubierto en 1952 por Alberto Ruz se encuentra en una cámara bajo el Templo de las Inscripciones. A la tumba, que semeja una cueva, se llega por una escalera abovedada que ondula hacia arriba como una gran efigie de la propia Serpiente Hueso Blanco, desde la cámara fúnebre hasta lo alto del templo. En el otro extremo del mundo del Clásico maya, el rey Yax Pasah de Copán, Honduras, está representado en un trono que enmarcan las mandíbulas de la Serpiente Hueso Blanco, el cual se encuentra dentro del Templo 11. El trono fue hallado en la confluencia de varios corredores estrechos y oscuros, en el interior del templo. A lo largo de la base del trono hay un retrato del rey Yax Pasah, de frente a Yax K’uk Mo’, fundador de esa dinastía real. Ambos hombres están flanqueados por otros ancestros. Es así que la boca de esta visión serpentina era un sitio de comunicación entre el rey vivo y los anteriores gobernantes de Copán. Dos escaleras internas a los lados del trono llevan a entradas con puertas ocultas en lo alto del templo: son literalmente puertas al cielo, puesto que la decoración del frente del Templo 11 muestra el cielo como una serpiente remontada por los dioses antiguos.

Estos dos ejemplos nos indican que las mandíbulas de las visiones serpentinas pueden ser la representación del lugar donde se reúnen vivos y muertos, sea metafóricamente, como en Copán, o literalmente, como en Palenque, en donde Pakal recibía sin duda la visita de sus descendientes en su cámara mortuoria. Los corredores interiores, los cuartos laberínticos sin ventanas, las escaleras hacia santuarios oscuros de muchos sitios mayas del Clásico fueron, a nuestro entender, versiones en piedra de los cuerpos de esas serpientes que transportaban las almas al otro mundo, o en dirección inversa. A partir del Preclásico Tardío los mayas decoraron sus pirámides con imágenes de las visiones serpentinas. Linda Schele y Peter Mathews suponen que tal vez se trata de las versiones mayas de la Serpiente Montaña, sitio mítico nahua que, según Eduardo Matos, se conmemora en el Templo Mayor de Tenochtitlan.

 

David Freidel. Doctor en antropotogía por la Unniversidad de Harvard. Especialista en arqueología maya. Codirector del Proyecto Yaxuná. Profesor de antropología en la Universidad Metodista del Sur.

Charles Suhler. Doctor en antropología por la Universidad Metodista del Sur. Especialista en arqueología maya. Codirector del Proyecto Yaxuná.

 

Freidel, David y Charles Suhler, “Visiones serpentinas y laberintos mayas. La ruta de la resurrección de los reyes”, Arqueología Mexicana, núm. 34, pp. 28-37.

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