Página 5 (Escriba 2). Almanaques misceláneos, serie II

Erik Velásquez García

Esta página respeta el arreglo compositivo inaugurado en el folio 4.

Sección a. Es la continuación del almanaque que inició en la página 4a. A los 9 días que ya se habían reunido en la sección a de la página anterior, ahora se añaden los números de distancia negros 2, 4 y 2, que ya suman 17 de los 52 posibles. Recuérdese que los numerales rojos –en este caso 8, 12 y 1– son los coeficientes de las fechas.

El primer enunciado, el augurio, está casi perdido, pero aún se preserva el nombre del sujeto: el dios Q [a] de la guerra y el sacrificio: [Jun Lajun] Talaa[n], así como la frase umu’uk, ‘es su anuncio’. Podemos reconstruir el inicio de la oración como [pe(h)kaj tuchich], ‘fue atronado en su palabra’; en la viñeta de abajo encontramos al mismo dios Q en posición sedente, provisto por una línea negra que le atraviesa el rostro y por globos oculares en el tocado y en la collera, símbolo del inframundo.

A su derecha nos encontramos con la imagen sedente del llamado dios C [b], personaje que al parecer personifica la esencia misma de la divinidad o sacralidad (Ringle, 1988), representado a su vez sobre un fondo rojo, símbolo de la sangre; el augurio, que se encuentra arriba de él, dice como sigue: pe[h]kaj tuchich K’uh, ox wi’[il], tz’ak ajaw, yutzil, ‘fue atronado en la palabra de K’uh, [el augurio es] mucha comida, señores puestos en orden, bondad’. Conviene hacer notar que en los libros de Chilam Balam se usa una frase semejante cuando se consigna un buen pronóstico: <yutz kin>, ‘buen día’. El dios de la última viñeta no es otro que K’in Ajaw, ‘Señor del Sol’[c], ubicado en posición sedente sobre un fondo verde o azul maya; el augurio versa así: pe[h]kaj tu[chich] K’in Ajaw, wuk…, k’ahk’ te’ tuun, k’as(?), ‘fue atronado en la palabra de K’in Ajaw, siete…, castigo por fuego, [augurio] ruin(?)’.

Sección b. Al comienzo de esta sección termina el almanaque del gran cocodrilo que había comenzado en la página 4b. Las últimas dos cláusulas o augurios dicen: pe[h]kaj Kiimil, ‘[el dios] Kiimil fue atronado’, y pe[h]kaj Chaak, ‘[el dios] Chaahk fue atronado’.

Una columna nueva de cinco signos día, acompañados por el coeficiente rojo 1, da comienzo a un almanaque nuevo, que concluye en la página 6b: <manik, cauac, chuen, akbal> y <men>, separados por segmentos de 52 días, que a su vez están subdivididos en porciones más pequeñas con duración de 16, 9 (página 5b), 25 y 2 (página 6b) días de color negro cada una.

Todos los dioses de este nuevo almanaque emiten sus presagios taladrando o perforando el signo silábico chi o la secuencia de los silabogramas chichi, que produce el sustantivo “palabra”.

El primero de esta serie es el dios R [d], señor de la tierra, protector de la milpa y de los animales montaraces, cuyo augurio versa como sigue: joch’ uchich Buluk Kab(?), tz’ak ajaw, ‘[el dios] Buluk Kab(?) taladró su palabra, [el augurio es] señores puestos en orden’. El segundo en emitir su pronóstico es el dios A’ [e] de Zimmermann (1956), señor de las bebidas embriagantes, de la agonía y de las muertes violentas (véase Grube, 2004), quien luce una capa negra con fémures y globos oculares; el augurio dice: joch’ uchich Ahkan, umu’uk, ‘[el dios] Ahkan taladró su palabra, es su anuncio’.

Sección c. Al comienzo de esta sección termina el almanaque que había comenzado en la página 4c. La última cláusula o augurio dice: utum[aj] uchich Kiimil, cham[a]l, ‘[el dios] Kiimil deliberó su palabra, [el augurio es] mortandad’; la viñeta contiene una imagen del dios A o de la muerte [f], sedente y portando la palabra tum sobre la mano izquierda.

[...] En la primera viñeta aparece el dios supremo Itzamna’ [g], quien luce un tocado de saurio y sostiene sobre su mano un objeto pequeño no identificado, que quizá incluya una sustancia en fermentación (Thompson, 1972); el augurio dice: o’och Itzamna[’] Kokaaj saak[i]l(?), ox wi’[il], ‘es el alimento de Itzamna’ Kokaaj de las pepitas(?), [el augurio es] mucha comida’. En la escena de la derecha, sobre un fondo verde o azul maya, encontramos al dios de la muerte [h] asiendo una bolsa o talega con la mano izquierda; son característicos de él su cuerpo descarnado y los globos oculares en la collera y en el cabello encrespado; el augurio dice: o’och Kiimil, cham[a]l, umu’uk, ‘es el alimento de Kiimil, mortandad es su anuncio’.

 

Erik Velásquez García. Doctor en historia del arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde imparte asignaturas sobre arte prehispánico y epigrafía maya. Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, especialista en arte y escritura jeroglífica maya. Forma parte del equipo de profesores de los Maya Meetings de la Universidad de Texas, Austin.

Tomado de Erik Velásquez García, “página 5 (Escriba 2). Almanaques misceláneos, serie II”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 67, pp. 22-23.