El jade era sagrado para los mayas, pues su color verde era una metáfora del maíz joven y del agua que fluye, y, por lo tanto, del aliento y de la vida. La “piedra preciosa de la gracia” geológicamente se encuentra a lo largo de las tierras altas del norte de Guatemala: los yacimientos mejor conocidos están en el Valle del Motagua. En la década de 1950 se observó que había en esa zona afloramientos de jade verde, y en 1996 François Gendron descubrió que también provenía de ahí el jade azul que utilizaron los olmecas y los mayas del Preclásico Medio. Belice ha producido algunos de los jades más interesantes en ambos colores, en un periodo de más de 1 400 años.
Imagen: Izquierda: Placa que muestra a un gobernante sentado, de 584 d.C., procedente de otra tumba en la Estructura B4 de Altún Ha. Al reverso tiene una inscripción que incluye un glifo emblema. Derecha: Placa en forma de ik (18.8 cm de ancho), de ca. 672 d.C, procedente de la tumba 5 de Nim Li Punit. El frente tiene un diseño de ik en forma de T, mientras que en la parte posterior hay una inscripción que sugiere vínculos dinásticos con el Valle de Belice y el Petén central. En las estelas 12 y 15 de Nim Li Punit varias figuras reales portan pendientes similares. Fotos: Norman Hammond.
Traducción: Gabriela Uruñuela Ladrón de Guevara.
Norman Hammond. Ha investigado sitios mayas en Belice por más de 30 años, entre ellos Lubaantún, Nohmul, Cuello y La Milpa. Es Senior Fellow en el McDonald Institute for Archaeological Research en Cambridge University, Inglaterra, y profesor emérito de arqueología en Boston University, Estados Unidos.
Hammond, Norman, “El jade en Belice”, Arqueología Mexicana, núm. 165, pp. 52-53.