La domesticación de plantas, un proceso fundamental en la historia de la humanidad, ha transformado profundamente nuestras sociedades y ecosistemas. En Mesoamérica, región cuna de importantes civilizaciones antiguas, este proceso dio lugar a una rica diversidad de cultivos que siguen siendo esenciales para la alimentación global. La paleogenómica, un campo emergente que combina la genética con la arqueología, ofrece una herramienta poderosa para desentrañar los misterios de la domesticación de plantas en esta región.