Edificio de estilo neoclásico –construido entre 1795 y 1805 por el arquitecto valenciano Manuel Tolsá– que se encuentra en la esquina que forman las antiguas calles del Relox y Cordobanes, hoy Argentina número 12 y calle de Donceles, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Después de la conquista de México-Tenochtitlan, el solar fue cedido a los conquistadores Luis Francisco y Gonzalo Acevedo. Después de haber tenido otros propietarios, el edificio conocido como Casa del Marqués del Apartado fue construido a iniciativa del señor Francisco Manuel Cayetano de Fagoaga y Arozqueta, quien fue “apartador de oro y plata” entre 1718 y 1778. A lo largo del siglo XIX diversas familias tuvieron la propiedad hasta que fue adquirido en 1900, por la cantidad de 220 000 pesos, por el gobierno federal durante la gestión de Porfirio Díaz, quien lo destina para establecer ahí la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública.
A principios de 1901 se hicieron trabajos de rehabilitación del edificio, que estuvieron a cargo del capitán de ingenieros Porfirio Díaz Ortega (hijo de Porfirio Díaz). Durante esos trabajos, supervisados por el arqueólogo Leopoldo Batres, se localizó el día 19 de noviembre de ese año, al excavar el patio central del edificio, una gran escultura de basalto con la representación de una xiuhcóatl (serpiente de fuego), y el 9 de diciembre de ese mismo año se encontró, muy cerca, un océlotl cuauhxicalli. Estos excepcionales hallazgos fueron motivo para que se continuara la excavación y a los pocos días se localizó una escalinata que forma parte de una plataforma orientada de este a oeste y con acceso de sur a norte.
Fue tanto el interés que estos vestigios despertaron, que fue necesario habilitar una ventana arqueológica, la primera en abrirse al público en el Centro Histórico de la Ciudad de México. El vestigio arqueológico se encuentra bajo el nivel de piso del patio central, al que se entra por una escalera metálica. La ventana mide 12.70 m de longitud por 4 m de ancho y 3.40 m de profundidad. La escalinata, delimitada por dos prominentes alfardas, presenta evidencias de 12 escalones construidos con sillares de basalto. En la base de la alfarda, que se ubica en el extremo oeste, se observan los restos de un árbol muerto.
En 1985 se llevaron a cabo trabajos de rehabilitación que permitieron a la Dra. Elsa Hernández Pons excavar, en una crujía localizada hacia el lado oeste del patio central del edificio, la continuación de la escalinata descubierta por Batres en 1901.
Además de corroborar la continuación de la escalinata en sentido este-oeste, que cierra un conjunto arquitectónico por el lado norte del Templo Mayor, se detectó al pie de la escalinata un cuauhxicalli de basalto en forma de águila, actualmente se encuentra en el Museo del Templo Mayor (Hernández Pons, 2000, pp. 42-45).
Raúl Barrera Rodríguez. Investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico, INAH. Supervisor del Programa de Arqueología Urbana, Museo del Templo Mayor.
Barrera Rodríguez, Raúl, “Casa del Marqués del Apartado. Vestigios prehispánicos”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 79, pp. 38-41.