La vejez en el arte de Mesoamérica
En Mesoamérica, los viejos suelen ser los padres de todos los dioses o bien quienes conocen los ingredientes que han de dar paso a la creación de los hombres. Tal es el caso de Ixmucane, la abuela, quien muele las mazorcas amarillas y las blancas para preparar las bebidas de donde provienen los músculos y el vigor del hombre, como se lee en el Popol Vuh.
También los viejos son fundadores y tienen la cualidad de otorgar el poder. Anteceden y suceden en el tiempo que se repite, se recuerda y se recrea a través de sus actos y narraciones. Guían ceremonias y rituales. Encabezan en ocasiones la siembra de las cosechas, conciliando las fuerzas del universo. Escuchan, esperan y encauzan. Conocen el momento preciso en que se debe actuar y aquel en que es mejor dar paso a la quietud.
Los viejos son los preservadores de las historias, ellos las protagonizan, las narran y las recrean. Su generación adquiere la responsabilidad de legitimar las dinastías y vincularlas con el origen de las cosas y del mundo. Su imagen y sus palabras encierran los recuerdos que nunca se olvidan. En ellos reposa el paso del tiempo a veces atropellado y otras sereno. En ellos se advierte el futuro pues nunca dejan de estar. Se oyen en su propio eco, se reconocen en sus cuerpos encorvados, se vislumbran en rostros serenos, surcados por el acto y la espera...
Imagen: Este Huehuetéotl es más humano y vital que sus pares de otros periodos y lugares: el cuerpo anciano muestra flácidos músculos en las mejillas y el pecho, y un vientre abultado debido a la forzada posición, abrumada por el gran brasero (detalle). Cerro de las Mesas, Veracruz. Museo de Antropología, Xalapa, Veracruz. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces.
Beatriz de la Fuente (1929-2005). Doctora en historia. Investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y coordinadora del Seminario de Pintura Mural Prehispánica, del mismo Instituto. Miembro de El Colegio Nacional.
De la Fuente, Beatriz, “La vejez en el arte de Mesoamérica”, Arqueología Mexicana, núm. 60, pp. 38-45.
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