Copal para los dioses

Naoli Victoria Lona

El copal en las ofrendas del Templo Mayor

Las ofrendas del Templo Mayor

Como parte de los rituales que los mexicas realizaban en honor a sus dioses, se acostumbraba enterrar ofrendas conformadas por diversos materiales, desde minerales, plantas y animales, hasta objetos y seres humanos. El objetivo era establecer comunicación, agradecer favores recibidos o pedir nuevos. Uno de los materiales más abundantes en las ofrendas del Tempo Mayor de Tenochtitlan es precisamente el copal, el cual ha sido encontrado por los arqueólogos en forma de esferas, cilindros, barras, bases de cuchillo de sacrificio e imágenes divinas.

Como parte del Proyecto Templo Mayor, del INAH, continúa la investigación de los materiales recuperados en las ofrendas. Así, se realiza el análisis formal del copal, de su forma de extracción, técnicas de manufactura y simbolismo en 61 ofrendas –de las 130 registradas hasta ahora–, en las que se han localizado, aproximadamente, 280 elementos de copal.

¿Por qué se enterraba copal? Una de las hipótesis es su permanencia, es decir, al sepultar las ofrendas en el templo se pretendía que el rito no fuera efímero, sino que lo ofrecido pudiera ser aprovechado por los dioses de manera constante. El copal es uno de los materiales rituales más importantes no sólo por su frecuencia en los depósitos sino por la variedad de formas en que se presenta, lo que nos habla de distintas maneras de trabajarlo. Las principales técnicas de manufactura son el modelado y el moldeado. Una vez extraída del árbol, la resina líquida se vuelve sólida, por lo que es probable que se aplicara calor para reblandecerla y así poder trabajarla como plastilina. En cambio, el copal de goma tarda más en solidificarse, por lo que se puede modelar sin necesidad de reblandecerse. El calor pudo ser producido por la misma fricción de las manos o bien aplicando fuego de manera indirecta; de lo contrario, la resina se cristalizaría.

Una de las principales características del copal es la viscosidad, es decir, se trata de un material pegajoso y modelable. Hay varios tipos de objetos mexicas rituales de copal, como esferas, barras, bases de cuchillos de sacrificio, figurillas antropomorfas y conglomerados de formas diversas. Se deduce que las esferas tanto de copal de piedra como de copal blanco fueron modeladas debido a que no son completamente simétricas ni idénticas, además de que en la superficie se observan hundimientos, producidos probablemente por la presión de los dedos, y en algunos casos estrías, como si hubieran sido alisadas.

 

Naoli Victoria Lona. Arqueóloga por la ENAH. Desarrolla una investigación titulada “El copal en las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan”.

Lona, Naoli Victoria, “El copal en las ofrendas del Templo Mayor”, Arqueología Mexicana, núm. 67, pp. 66-71.

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