Desarrollo de las naciones yoeme y yoreme

Cynthia Radding

Los yoemem y los yoremem. Historias profundas de territorio e identidad

Desarrollo de las naciones yoeme y yoreme

A lo largo de los siglos XVII y XVIII consolidaron sus rancherías en los pueblos de misión que anclaron su territorio en los valles, rodeados por los bosques montuosos, y adaptaron su vida económica, civil y religiosa en una dinámica compleja de conflicto y convivencia con la sociedad colonial. 

Los pueblos eran comunidades agropecuarias con niveles productivos suficientes para reproducirse y enviar excedentes de alimentos y ganado a otras misiones y a los mercados que se formaron en las provincias de Sinaloa, Ostimuri y Sonora. Los yoremem y yoemem alteraron sus patrones migratorios para trabajar en los reales de minas de estas provincias y de la Nueva Vizcaya, sin despoblar a los pueblos ni abandonar el monte. Mantuvieron sus principios de buen gobierno por medio de los cabildos de misión y los oficiales reconocidos por el régimen colonial mediante sus varas de mando.

En la dimensión espiritual, elaboraron nuevas danzas, procesiones y cantos que evocaron los poderes de huya ania dentro de la cosmología cristiana. Forjaron nuevos matices culturales ligados con el territorio y los paisajes que ellos mismos crearon mediante el cultivo, la cacería, el pastoreo y la recolección.

Las artes de negociación que los yoremem y los yoemem habían desarrollado para defender sus territorios y la integridad interna de sus pueblos se vieron desafiadas por las presiones que emanaron de la sociedad colonial. A raíz del crecimiento de las poblaciones indígena e hispano criolla y la expansión de la economía agropecuaria y minera, los hatos de ganado bovino se esparcieron por el monte, los reales de minas y haciendas de beneficio se convirtieron en centros comerciales e industriales que demandaron a más trabajadores, y los vecinos aceleraron el proceso de mensura y titulación para consolidar sus propiedades rústicas en los terrenos que a los indígenas habían servido de espacios comunales para la cacería y la recolección y para sostener sus propias manadas de ganado.

Al interior de las misiones, los gobernadores yoreme y yoeme disputaron a los misioneros el manejo de su economía, la distribución de sus cosechas y la custodia de sus símbolos y ritos ceremoniales. La abundancia productiva de los valles fértiles de los ríos Mayo y Yaqui comenzó a mermarse a causa de la exportación de granos y ganado ordenada por los misioneros jesuitas para sostener las misiones de la península de Baja California, cuyo transporte se encargó a la mano de obra en las misiones de Sinaloa y Ostimuri.

Imagen: Geografía del Noroeste de México. Elaboración: Javier Etchegaray. “Un grupo de más de 30 prisioneros indios siendo escoltados por soldados mexicanos, México, ca. 1910”. Guerra del yaqui (detalle). University of Southern California, núm. 1520. Reproducción Digital: Usc Digital Library; From The California Historical Society Collection 1860-1960 At The University of Southern california.

Cynthia Radding. Profesora distinguida en la University of North Carolina-Chapel Hill, es Miembro Corresponsal Internacional de la Academia Mexicana de la Historia. Ha realizado investigaciones sobre historia ambiental y etnohistoria, enfocada en los pueblos históricos del Noroeste de México.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Radding, Cynthia, “Los yoemem y los yoremem. Historias profundas de territorio e identidad ”, Arqueología Mexicana, núm. 181, pp. 43-45.