El área maya en vísperas de la conquista española

Rafael Cobos

El área maya incluye los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas en México, la totalidad de Guatemala y Belice, las partes occidentales de Honduras y El Salvador. La fisiografía de esa amplia área está caracterizada por una llanura costera que corre paralela al Océano Pacífico desde Chiapas hasta El Salvador. Una segunda área inmediatamente al norte de la llanura costera se conoce como las Tierras Altas mayas y tiene una orientación noroeste-sureste, se caracteriza por montañas de gran altura y la presencia de volcanes y lagos distribuidos entre el sureste de Chiapas, Guatemala y el occidente de El Salvador. Una tercera área, denominada las Tierras Bajas mayas, se encuentra justo al norte de las Tierras Altas y está rodeada por las aguas del Golfo de México y el Mar Caribe. Las Tierras Bajas están divididas en dos grandes regiones localizadas al sur (Petén de Guatemala, Tabasco, Chiapas, Belice y occidente de Honduras) y al norte (Yucatán, Campeche, Quintana Roo). En las Tierras Bajas del sur se encuentra un complejo sistema de ríos y lagos que caracterizan el paisaje de la región; por otro lado, las Tierras Bajas del norte carecen de ríos, aunque el agua potable está disponible en el interior de cuevas, cenotes y lagos.

La llanura costera y las Tierras Altas y Bajas mayas fueron el escenario de una ocupación importante durante el Posclásico (1100-1550 d.C.). Durante este intervalo la sociedad maya cambió y aumentó su complejidad social y cultural. Ejemplos de esta adaptación y cambio incluyeron: construcción de nuevos asentamientos con una arquitectura muy elaborada y compleja, desarrollo y uso de nuevas formas de registro del tiempo, aparición regional de nuevos dialectos mayas derivados del lenguaje hablado y escrito durante el Clásico, así como nuevas formas de organización política.

La región antes de la conquista

Los asentamientos del Posclásico donde la gente vivió fueron, en algunos casos, sitios del Clásico que fueron nuevamente ocupados por individuos que los transformaron para adecuarlos a la nueva forma de vida, o bien, fueron deliberadamente fundados en nuevas áreas. El primer caso está ejemplificado por sitios como Xcaret y San Gervasio Cozumel en la costa oriental de la Península de Yucatán, Champotón en el litoral de Campeche, Lamanai en el interior de Belice y Zaculeu en las Tierras Altas de Guatemala. Nuevos asentamientos intencionalmente fundados incluyeron Mayapán en Yucatán; Tulum y El Rey en la costa oriental de la península de Yucatán; Santa Rita en la costa de Belice; Nojpetén y Zacpetén (Tierras Bajas), e Iximché, Q’umarkaj y Mixco Viejo en las Tierras Altas de Guatemala.

Durante el Posclásico se desarrolló una nueva forma de registro del tiempo en periodos de 260 años. Los eventos que ocurrían durante esos 260 años eran cíclicos, se repetían una y otra vez. De hecho, los k’atunes –periodos de 20 años– eran interpretados de manera cronológica y su correspondiente finalización temporal siempre se asoció con el día ajaw, por ejemplo, k’atun 8 ajaw. Los Libros del Chilam Balam contienen excelentes ejemplos de eventos que concluyen, por ejemplo, en un k’atun 11 ajaw o en un k’atun 5 ajaw.

El Posclásico fue un periodo que se caracterizó por la aparición regional de nuevos dialectos mayas derivados del proto-maya-yukateko hablado y escrito durante el Clásico. Un dialecto es la variante regional de una lengua y se distingue por su pronunciación, vocabulario o gramática, por lo tanto, es una forma de hablar que difiere de la variante estándar de una lengua. Durante el Posclásico sabemos que del proto-maya-yukateko surgió el yukateko que se habló en la península de Yucatán y buena parte del norte de Guatemala, centro y norte de Belice. Un segundo dialecto se reconoce como maya-mopán y se habló entre habitantes mayas que ocuparon el centro y este del Petén, así como la parte centro y sur de Belice. Un tercer dialecto fue el maya-itzá, que se habló desde la parte occidental del Lago Petén-Itzá hasta el cauce del río Usumacinta. Por último, tenemos el maya-lacandón, que se habló en la parte oriental de Chiapas y occidente del Petén en Guatemala.

 

Rafael Cobos. Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán. Doctor por la Universidad de Tulane, Nueva Orleáns, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt. Ha realizado investigaciones en Chichén Itzá y la costa norte de la península de Yucatán y sus temas de investigación incluyen cambio climático y colapso de civilizaciones, economía prehispánica, urbanismo y ciudades.

 

Cobos Rafael, “El área maya en vísperas de la conquista española,” Arqueología Mexicana, núm. 160, pp. 41-47.