El pajko’ola y el maaso

Guillermo Mora Reguera

Tonalidad ritual en el pajko de los mayos de sonora

La producción musical del pajko

El pajko es mejor conocido por sus danzantes: el pajko’ola y el maaso o danzante de venado. Entre los mayos o yoremem de Sonora, la producción musical de esta fiesta está a cargo de cuatro agrupaciones de tres distintos tipos: dos conjuntos opuestos de labeleerom (dos violinistas y un arpeero), un tambuleero (músico con tambor de marco de dos parches y flauta de carrizo de dos piezas) y un conjunto de masowileerom o cantavenados (tres o cuatro músicos con raspadores de madera o jirukiam y un tambor de agua o weeja).

La música de labeleerom, de la cual trata este texto, es acompañada con una danza en la que el pajko’ola (el personaje central) hace sonar, golpeando el suelo con la planta de los pies, sus sonajas de tobillo y pantorrilla, o ténabarim; también los cascabeles de bronce (koyolim) de su cinturón resuenan alto al mecerse con el baile.

La mayor parte de la música en el pajko se realiza en forma de rondas. Comienza el conjunto de labeleerom de mayor jerarquía, seguido por el segundo, luego el tambuleero y finalmente los cantavenados (mientras que la participación de los dos primeros es sucesiva, casi toda la ejecución de los dos últimos es simultánea). La cantidad de horas por las que se prolongan estas rondas varía dependiendo de diversos factores, y el principal es si se trata de un pajko de carácter doméstico o comunitario. Los primeros tienen una duración de entre 5 y 16 horas, mientras que los segundos se caracterizan por celebrar una “fiesta grande” de más de 18.

Se dice que todos los músicos del pajko deben tocar sones que concuerden con el jiawi que corresponda al momento de la noche o del día en que se encuentren. Dicha noción se refiere a la percepción sonora del monte, los cerros, los ríos, la costa y demás elementos geográficos que integran el territorio mayo, así como de los diversos seres que lo habitan (animales, vegetales, entidades extrahumanas o de otro tipo). Así, el término jiawi apunta a que las distintas músicas del pajko se encuentran vinculadas con el conocimiento compartido sobre el ambiente natural (o juyya ánia) y sus ciclos temporales.

Imagen: Conjunto de labeleerom. Pajko doméstico en La Ranchería, Huatabampo, 2009. Foto: Fidel Camacho.

Guillermo Mora Reguera. Licenciado en música con especialidad en piano por la Universidad de Sonora. Licenciado en composición por la Facultad de Música de la UNAM. Maestro en etnomusicología con mención honorífica; doctorante del Programa de Maestría y Doctorado en Música, con un proyecto sobre la música de los mayos de Sonora.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Mora Reguera, Guillermo, “Tonalidad ritual en el pajko de los mayos de sonora”, Arqueología Mexicana, núm. 181, pp. 61-64.