Un plato con la representación de un ave de mal augurio en el tramo 3 del Tren Maya
Interpretación del plato del ave de mal augurio
El simbolismo y el lugar privilegiado que ocupó el plato estilo Kuy en el contexto funerario indica que tuvo una doble función: la primera, la relación que guarda con el difunto, cuyo propósito era su acompañamiento para liberar su espíritu al serle colocado sobre la cabeza; la segunda, la intención de servir como una ofrenda de petición debido a la sequía o la presencia de langostas.
En este sentido, dicho plato pintado pudo ser utilizado por los mayas con el fin de hacerle llegar a la deidad Oxlajuun Chanaal Kuy, a través de su way, un mensaje de imploración, de manera que, al depositar el objeto dentro del entierro, simbólicamente era como regresar el mal augurio al inframundo.
Los estudios climatológicos efectuados recientemente en el área, hechos con muestras provenientes de las lagunas y cenotes del norte de Yucatán, han dado como resultado el registro de sequías durante los años 750/760- 1050/1100 d.C. (Cobos, De Anda y García, 2014), lo que concuerda con las fechas obtenidas de los platos estilo Kuy (650-800/850 d.C.).
Conclusión
Estas evidencias permiten aproximarnos al contexto de empleo del plato estilo Kuy, lo cual debió acontecer entre 750/760-800/860 d.C., periodo en el que ocurrieron dos fuertes sequías y en el que esta cerámica fue utilizada por las elites de Chactún y Oxkintok para implorar una solución y evitar el posible desequilibrio social, hambrunas, enfermedades y muertes; asimismo, hubo presagios de langostas y sequías en las regiones de lo que hoy es el noroeste de Yucatán, lo cual, al parecer, se encontraba asociado a cambios sociales y climáticos.
Imagen: Izquierda: Plato estilo Kuy descubierto en las excavaciones del Monumento 01001, ubicado en el tramo 3 del Tren Maya. Maxcanú, Yucatán. Foto: Salvamento Arqueológico del Proyecto Tren Maya. Derecha: Plato estilo Kuy, recuperado en la periferia del sitio Oxkintok, similar al hallado en las excavaciones del tramo 3. Foto: Omar Sosa.
Omar Antonio Sosa Guillén. Licenciado en arqueología por la Universidad Autónoma de Yucatán, especializado en el estudio de las cerámicas policromas del norte de Yucatán. Trabaja en el Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya.
Iliana Isabel Ancona Aragón. Maestra en arqueología por la UADY y profesora investigadora adscrita al Centro INAH Yucatán. Su área de investigación es el norte de Yucatán y se especializa en el estudio de las cerámicas de las Tierras Bajas mayas.
Manuel Eduardo Pérez Rivas. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH y responsable académico del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Sosa Guillén, Omar Antonio et al., “Un plato con la representación de un ave de mal augurio en el tramo 3 del Tren Maya”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 111, pp. 82-87.