El corazón sacrificado de Cópil
La semilla mitológica del tunal la constituye el corazón de Cópil, el hijo de Malinalxóchitl, hermana de Huitzilopochtli y personificación de la Luna. En una de las variantes de la Peregrinación contenida en la Crónica Mexicayotl (p. 41), Huitzilopochtli aprovecha el sueño de su hermana para abandonarla en Malinalco. Este agravio suscita la ira de su hijo Cópil, quien decide matar a su tío y así vengar a su madre. Según esta misma fuente, Huitzilopochtli derrota a su sobrino, lo decapita y le extrae el corazón. La cabeza cercenada es colocada en el monte Tepetzinco. En cuanto al corazón, el ayo del dios, Cuauhtlequetzqui, lo lleva corriendo hacia un lugar del lago donde está la piedra en la que Quetzalcóatl se sentó en su viaje a Tlillan, Tlapallan. Allí se yergue sobre la piedra y arroja con violencia el corazón de Cópil en el agua, entre juncos y carrizos. Del corazón sacrificado de Cópil brotará el tunal, tenochtli, axis mundi del futuro asentamiento mexica. En términos iconográficos, es interesante observar que la piedra del tunal con su veta central tiene la forma de dos corazones, lo que recuerda indudablemente lo acontecido en este lugar.
Como consecuencia del sacrificio de Cópil, según el Códice Mexicanus, los migrantes mexicas se topan con el tunal en el año 2 calli, “2 casa” (1325), y, como lo expresa la imagen, hasta ese momento el águila no se ha posado sobre él. De acuerdo con lo anterior, tendríamos que imaginar la lámina 1 del Códice Mendocino sin el águila sobre el tunal. El año 2 calli, “2 casa”, con el que inicia el marco calendárico que circunda la isla correspondería a la hierofanía del tunal en 1325, y a una etapa anterior a la culminación fundacional que representa la imagen del águila posada en él.
Imagen: Izquierda: Códice Mendocino, f. 2r. Centro: El águila sobre el tunal es el axis mundi del universo mexica. Esa imagen fue grabada en piedra, pintada en códices, y está en el centro del lábaro patrio desde tiempos de la Independencia hasta nuestros días. La fundación de México-Tenochtitlan. Derecha: El glifo antroponímico de Tenoch es un nopal. Reprografía: Carlos Blanco / Raíces.
Patrick Johansson K. Doctor en letras por la Universidad de París (Sorbona). Investigador del Instituto de Investigaciones Históricas y profesor de literaturas prehispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras, ambos de la UNAM.
Johansson K., Patrick, “La fundación de México-Tenochtitlan. Consideraciones ‘crono-lógicas’”, Arqueología Mexicana, núm. 135, pp. 70-77.
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