En el predio de la calle República de Guatemala núm. 16, entre 2009 y 2010, gracias al Programa de Arqueología Urbana del inah, con el apoyo como responsable en campo del arqueólogo Iván Urdapilleta Caamal, se descubrió una sección del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl (dios del viento).
Especialistas del INAH descubrieron en un predio de la calle de Guatemala, los restos de un templo circular de la antigua México-Tenochtitlan. Su ubicación y cercanía respecto al Templo Mayor coinciden en general con las representadas en 1960 por el arqueólogo y arquitecto Ignacio Marquina, quien asentó entonces que el templo más importante dedicado a Ehécatl- Quetzalcóatl, dios del viento, se encontraba detrás de la Catedral Metropolitana.
Raúl Barrera Rodríguez, responsable del Programa de Arqueología Urbana del INAH, señaló que la trascendencia del hallazgo radica en que ahora se sabe con más precisión las medidas del recinto sagrado de México-Tenochtitlan.
El templo de Ehécatl-Quetzalcóatl medía cerca de 32 m de altura y tenía un diámetro que rondaría los 14 m. La edificación presenta dos etapas constructivas: por un lado, sus características arquitectónicas corresponden a la etapa VI del Templo Mayor (1486 d.C.-1502 d.C.), época de auge del imperio de Ahuízotl; por otro, los pisos superiores remiten a la etapa VII (1502 d.C.-1521 d.C.), aquella que vieron los conquistadores españoles a su llegada.
Todo indica que el basamento prehispánico con su templo circular estaba dirigido al Templo Mayor, concretamente hacia el lado del adoratorio de Tláloc. Lo que tiene sentido si se considera que Ehécatl-Quetzalcóatl era el dios mexica del viento, elemento que precede a la lluvia, representada por Tláloc, divinidad del agua y del rayo. De ahí que la pirámide consagrada a Ehécatl- Quetzalcóatl, conocida como la “Casa del Viento”, tuviera una forma peculiar: su fachada era de planta cuadrangular, mientras que su parte posterior, de planta circular, servía para sustentar un templo de forma cilíndrica cubierto por un techo de paja a manera de un gran cono. De acuerdo con los relatos de los conquistadores, la decoración consistía en la figura de una serpiente emplumada (el nombre de la deidad), cuyas fauces abiertas constituían el acceso al adoratorio.
Imagen: Esquina exterior suroeste del Templo de Ehécatl Quetzalcóatl, descubierto en la calle de Guatemala núm. 16. Foto: Raúl Barrera R. / PAU.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
S / A, “Hallazgo del templo de Ehécatl-Quetzalcóatl. Ciudad de México”, Arqueología Mexicana, núm. 103, p. 12.