Las fases de la cultura Huatabampo/Cahíta

John Carpenter, Guadalupe Sánchez

La arqueología cahíta: yoreme y yoeme

La Tradición Huatabampo/Cahíta

La cultura Huatabampo/Cahíta tuvo dos fases: la Huatabampo, de 300 a 1100 d.C., y la Guasave, de 1100 a 1450 d.C. Alrededor de 1100 d.C. se observa la influencia de la cultura Aztatlán del sur de Sinaloa. En el sitio de El Ombligo (Guasave, Sinaloa), en la fase Guasave, aparecen vasijas procedentes de Aztatlán, junto con una variedad de ofrendas funerarias: máscaras y pipas de barro, cascabeles y orejeras de cobre, navajas prismáticas, sellos cilíndricos, malacates moldeados y esgrafiados, objetos de diferentes minerales y rocas exóticas vasijas policromas Aztatlán con figuras pintadas de dioses mesoamericanos, entre otros objetos.

Entre los atributos distintivos de la tradición Huatabampo/ Cahíta está la cerámica lisa bien hecha de color rojo, café y negro; se usaron formas sofisticadas como cantimploras y vasijas de doble cuerpo, botellas de asa de estribo, junto a diversas figurillas. Alrededor de 1100 d.C., probablemente por la influencia de Aztatlán, se incorporó la pintura a la tradición cerámica, y se volvieron comunes el Guasave Rojo sobre Bayo y los policromos comunes junto con el Huatabampo Liso.

Las manos de extremos colgantes son únicas de la tradición y debieron utilizarse para preparar masa de maíz en metates delgados. Las inhumaciones excavadas en los montículos funerarios muestran que la modificación craneal frontolambdoidea y la modificación dental fueron decoraciones personales distintivas de la cultura Huatabampo/Cahíta. La elaboración y uso de ornamentos de concha, incluyendo pulseras, fue muy común y los vincula a los grupos del Noroeste de Sonora.

Los montículos funerarios son otro rasgo de la tradición Huatabampo/Cahíta. El montículo de El Ombligo es el mejor conocido y el más espectacular, con 196 entierros. El montículo de El Cementerio, en el valle medio del río Yaqui (Ónavas, Sonora), es el más norteño que se conoce y seguramente fue un montículo funerario multicultural, ya que históricamente se trató de una zona de transición cahíta/ yoeme y pima bajo/o’ob.

Imagen: Cuencos Guasave rojo sobre bayo y Aztatlán Policromo procedentes de Mochicahui, Colección UAIM. Fotos: Puin Morales y Julio Vicente.  

John Carpenter. Doctor en antropología por la Universidad de Arizona. Investigador del INAH. Ha estudiado por 40 años a los grupos prehispánicos y protohistóricos de Sonora y Sinaloa, incluyendo cahítas, ópatas, así como los ranchos históricos de la costa de Hermosillo. Ha publicado diversas obras.

Guadalupe Sánchez. Doctora en antropología por la Universidad de Arizona. Investigadora del INAH. Sus intereses se enfocan en los primeros pobladores de América, así como en una gama de adaptaciones humanas al desierto sonorense.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Carpenter, John y Guadalupe Sánchez, “La arqueología cahíta: yoreme y yoeme”, Arqueología Mexicana, núm. 181, pp. 24-28.