Míxquic al arribo de los españoles

Raúl Barrera Rodríguez, Lorena Medina Martínez

Tenochtitlan y la llegada de los conquistadores españoles. Resistencia y encuentro de dos civilizaciones

Míxquic

El arribo de gentes extrañas con barba, color de piel e indumentaria diferente, así como con armas y caballos nunca antes vistos, debió ser una experiencia de extraordinaria impresión para los habitantes del Anáhuac:

…fuimos a dormir a otro pueblo que está poblado en la laguna, que me parece que se dice Mezquique (Míxquic), que después se puso Venezuela, y tenía tantas torres y grandes cúes que blanqueaban, y el cacique de él y principales nos hicieron mucha honra, y dieron a Cortés un presente de oro y mantas ricas, que valdría el oro cuatrocientos pesos; y nuestro Cortés les dio muchas gracias por ello. Allí se les declaró las cosas tocante a nuestra santa fe, como hacíamos en todos los pueblos por donde veníamos, y, según pareció, aquellos de aquel pueblo estaban muy mal con Montezuma, de muchos agravios que les había hecho, y se quejaron de él. Y Cortés les dijo que presto se remediaría, y que ahora llegaríamos a México, si Dios fuese servido, y entendería en ello (Díaz del Castillo, 2000, p. 159).

El mismo Cortés describe a Míxquic como una ciudad pequeña, cuya población no excedía los 2 000 habitantes, al mismo tiempo que estaba edificada sobre una elevación natural adentro del agua, con grandes basamentos y muy buenos aposentos (Cortés, 2015, p. 61).

La inconformidad de los pobladores de Míxquic ante el imperio mexícahtl, hizo que se integraran a las filas de la alianza conformada por indígenas y soldados españoles para derrocarlos.

A pesar de la gran riqueza arqueológica de Míxquic, no se sabe de investigaciones que sobre el lugar se hayan llevado a cabo. Sin embargo, tanto en los muros de las fachadas de las casas, en la torre y en la iglesia dedicada a San Andrés Apóstol, abundan los fragmentos de esculturas prehispánicas y virreinales que los decoran.

Imagen: Izquierda: Escultura de Mictecacíhuatl, diosa relacionada con los muertos y el Mictlan, ubicada al centro del espacio arqueológico de San Andrés Míxquic. Centro: Ruta de Cortés en la Cuenca de México. Derecha: Aro de juego de pelota que se exhibe en el jardín arqueológico de Míxquic. Fotos: Raúl Barrera Rodríguez.

 

Raúl Barrera Rodríguez. Arqueólogo por la ENAH, investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Responsable del Programa de Arqueología Urbana.

Lorena Medina Martínez. Arqueóloga por la ENAH. Pasante de la maestría en antropología por la University of Alaska, Anchorage.

Barrera Rodríguez, Raúl y Lorena Medina Martínez, “Tenochtitlan y la llegada de los conquistadores españoles. Resistencia y encuentro de dos civilizaciones”, Arqueología Mexicana, núm. 162, pp. 18-27.