Las dos dinastías mexicas
El tiempo que los mexicas permanecieron cautivos en Colhuacan y en Azcapotzalco resultó el más desafortunado de su accidentada historia, pero también sentó las bases para su futuro éxito y esplendor. Esto se debió a que los inmigrantes cautivos emparentaron con los opulentos y poderosos habitantes de ambas ciudades y así consiguieron finalmente no sólo un linaje de gobernantes, sino dos.
En Colhuacan, algunos mexicas (las historias no aclaran bien cuántos) casaron con varias hijas del tlatoani Coxcoxtli, a la vez que muchas otras familias mexicas emparentaron con diversas familias colhuas menos exaltadas.
Tras unos años de vivir en Colhuacan, los mexicas declararon la guerra a sus cautivadores y huyeron del lugar, para refugiarse en unos islotes en el centro del lago de Texcoco, donde fundaron, finalmente, su propio altépetl: México-Tenochtitlan. Una vez fundada la ciudad, acudieron ante sus antiguos enemigos y dominadores colhuas y les solicitaron un miembro de su familia real para que se convirtiera en el tlatoani del nuevo altépetl. El elegido fue Acamapichtli, quien fundó el linaje de los tlatoque tenochcas.
Imagen: Poco después de fundada México-Tenochtitlan, los mexicas conquistaron y suprimieron la dinastía de Colhuacan, y así obtuvieron el anhelado linaje tolteca y el prestigio de ese antiguo altépetl. Conquista de Colhuacan. Códice Mendoza, f. 2r. Reprografía: Carlos Blanco / Raíces.
Federico Navarrete. Historiador y escritor, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Ha publicado libros como Los pueblos indígenas de México, Las relaciones interétnicas en México y la novela histórica Huesos de Lagartija, así como publicaciones de divulgación histórica para jóvenes.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Navarrete, Federico, “Linajes mexicas”, Arqueología Mexicana, núm. 98, pp. 34-39.
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