En su apogeo, La Venta, uno de los principales sitios olmecas, era una ciudad de dimensiones monumentales con una considerable población. Contaba con un centro cívico-ceremonial formado por varios conjuntos de edificios, entre los que destaca el llamado Complejo A. Este conjunto representa uno de los espacios simbólicos más relevantes no sólo de La Venta y la cultura olmeca, sino de Mesoamérica. Durante su exploración se encontraron cinco ofrendas masivas –de tales dimensiones y complejidad, que prácticamente no tienen parangón–, más de 30 ofrendas con cerca de 3 000 objetos y varias esculturas en piedra. Resulta lógico que en un conjunto de estas características –que reflejan la importancia que el conjunto tenía para la sociedad olmeca y la complejidad que ésta había alcanzado– se localizaran tumbas de los dirigentes de la ciudad. La más notable es la conocida como Tumba A. Esta impresionante tumba, localizada en la Estructura A-2, está formada con algunas de las 200 grandes columnas de basalto que, entre 700 y 600 a.C., se trajeron a La Venta. En su interior se localizaron dos bultos mortuorios que contenían los restos de dos jóvenes y una extraordinaria ofrenda, formada en su mayoría por objetos de jadeíta, cubiertos con lo que parece ser cinabrio. En la misma estructura se localizaron otras tumbas, como la E y la B; en esta última se localizó un sarcófago de piedra con la imagen de un ser sobrenatural. En la gran mayoría de los entierros de La Venta y otros sitios olmecas del Golfo de México no se han conservado los restos óseos de los personajes sepultados pero sí sus ricas ofrendas.
Basado en González Lauck, 2007
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Vela, Enrique, “Tumba A. La Venta, Tabasco”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 58, pp. 18-19.