Primera parte. La dualidad vida-muerte en el Templo Mayor de Tenochtitlan

Cámara II

Por las particularidades que presentan dentro del conjunto de ofrendas del Templo Mayor, esta cámara y la encontrada del lado de Huitzilopochtli resultan de gran relevancia. La cámara II consiste en una cista con paredes hechas de piedra y recubiertas de estuco por debajo del piso de la plataforma general sobre la que descansa el Templo Mayor, a la que se llega por un estrecho túnel. La entrada de la cámara se encuentra debajo de los primeros escalones que llevan a la parte alta del edificio. A la entrada de la cámara había una olla volteada hacia el túnel, que representa a Chalchiuhtlicue, y tras ella una escultura en piedra verde que representa a Tláloc, quien preside la ofrenda, y detrás de él se halló una escultura en travertino que corresponde a otra deidad. Sobre estas figuras se colocó un felino en cuyas fauces había una pieza en forma de pelota de piedra verde. Alrededor de la figura de Tláloc había un collar elaborado con piezas de concha nácar que representaban cabezas de serpiente, crótalos, caracoles y posibles ranas. La relación con el dios del agua es evidente. Todo ello nos remite a los elementos acuáticos y a los dones que los dioses del agua conservan en el interior de la Montaña de los Mantenimientos.

Eduardo Matos Moctezuma. Maestro en ciencias antropológicas, especializado en arqueología. Fue director del Museo del Templo Mayor, INAH. Miembro de El Colegio Nacional. Profesor emérito del INAH.

Matos Moctezuma, Eduardo, “Primera parte. La dualidad vida-muerte en el Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 81, pp. 26-29.