A veces ocurren cosas que uno no se explica pero que por sus características resultan sorprendentes y a la vez conmovedoras. Voy a relatar dos hechos que acontecieron poco tiempo después de que iniciamos nuestras excavaciones en el Templo Mayor de Tenochtitlan. Recordemos que el hallazgo de la monumental escultura de la diosa Coyolxauhqui por obreros de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro ocurrió el 21 de febrero de 1978. Nuestros trabajos comenzaron el 20 de marzo del mismo año. Pues resulta que al poco tiempo de haberlos iniciado se desbordó el interés de la gente por saber qué...