El agua, el fuego y la integración funcional de los opuestos que éstos representan son arquetipos mitológicos con carácter universal.

El sacrificio humano asociado a cenotes fue una práctica cultural con una prolongada duración en Yucatán.

Surgidos de la tradición pictográfica mesoamericana, durante la época colonial siguieron produciéndose códices en lo que hoy es Guerrero.

En la mayoría de las fuentes manuscritas en español y en náhuatl atañen al orden político en México-Tenochtitlan, el tlahtoani aparece como el máximo jerarca en la cúspide de la pirámide social mexica.

Algunos sitios mayas sobresalieron por concentrar un poder mayor y ejercer hegemonía, y esto se materializó en el conjunto formado por los sacbe’ob.

La ideología del Estado mexica, es decir su religión, su cosmovisión y el complejo ritual de las fiestas del calendario, se basaban también en la agricultura como el sustento básico.

La historia nos habla de la presencia de africanos a partir del inicio de la colonización.

En Guatemala, el Altiplano Central maya se caracteriza por tierras fértiles, abundante agua en la forma de manantiales y ríos que corren por los profundos barrancos que rodean el valle.

San Miguel del Milagro es un pueblo de Nativitas, uno de los primeros asentamientos hispanos de Tlaxcala.

En Cholula, la saña se centró en el Patio de los Altares, que era la sede del ceremonial político-religioso de la ciudad sagrada.

En sus casas, las familias también rendían culto a sus propios antepasados.

Los bultos sagrados tenían una gran importancia en la religiosidad prehispánica.