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Edición especial, núm. 86. Presentación
Enrique Vela
“Quedan así la colmena repleta de miel o el hormiguero como figuras del Monte Sagrado y su vientre de riquezas. Las semillas corazones de todas las criaturas son insectos. Su variedad inmensa –sustancia divina de hombres, astros, meteoros, animales, plantas, rocas, elementos– se sintetiza en la multitud ingente de individuos inidentificables, homogenizados como hormigas, como abejas, en aquel hacinamiento de potencia de vida. Son protocriaturas, gérmenes, larvas, semillas; pero no en latencia, sino en la bulliciosa actividad de quienes conviven cotidianamente con los vivos, colaborando para mantener este mundo”.
López Austin, 2009
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La domesticación de las abejas
El nivel de desarrollo que alcanzó la apicultura fue tal que los mayas conocían la manera en que variaba el sabor de la miel.