Tira de la Peregrinación. La migración mexica

Xavier Noguez

En la Tira de la Peregrinación –en la que se da prioridad al ámbito temporal sobre el espacial– se presenta la ruta que siguieron los mexicas o mexitin desde la salida de Aztlan hasta su asentamiento temporal en el señorío de Colhuacan, al sur de la cuenca lacustre del Altiplano Central.

Fray Diego Durán, cronista dominico del siglo XVI, relata en su Historia de las Indias... que Motecuhzoma Ilhuicamina, quinto señor de México-Tenochtitlan (1440-1468), ordenó una expedición para buscar a sus antepasados en Aztlan-Colhuacan- Chicomóztoc. El propósito era llevar presentes y darles a conocer la gloria y riqueza que estaban adquiriendo sus descendientes, asentados en las islas del lago de México. Sin embargo, por desconocimiento, los “encantadores y hechiceros” que intentaban llegar a la patria original no pudieron avanzar más allá del cerro Coatépec, cerca de Tula (Tollan-Xicocotitlan), en el actual estado de Hidalgo. Aquí deciden utilizar formas más “eficaces” para continuar el viaje: se convierten en nahuales, y son transportados mágicamente ante la presencia de la diosa Coatlicue, madre de Huitzilopochtli. La entrevista fue breve, informativa y de intercambio de obsequios. Acto seguido, el lugar que habían visitado se cierra nuevamente a la presencia humana.

Al parecer en la actualidad aún nos enfrentamos al mismo problema que tuvieron los servidores de Motecuhzoma: la imposibilidad de conocer, con cierta certeza, los lugares que atravesaron los mexitin (nombre dado a los mexicas antes de la fundación de México-Tenochtitlan) durante su larga peregrinación, que duró, según algunos cálculos, un poco más de 200 años. A pesar de que han llegado hasta nosotros un buen número de fuentes indígenas y españolas que registran la migración, las controversias interpretativas continúan.

¿Rutas históricas o rutas míticas?

El principal problema es la naturaleza misma de la información disponible. Los datos aparecen ante nuestros ojos, citando a un autor moderno, como “pedazos de realidad histórica (o sea, un evento en un espacio y tiempo determinados) flotando en el caudaloso río de los mitos”. Sabemos que los mitos derivan de una muy antigua cosmovisión mesoamericana, cuya exploración seria apenas hemos iniciado. Notamos que las rutas y los tiempos de peregrinación registrados en los documentos son a veces creíbles y a veces insólitos. Hay personajes que viajan por largos periodos y desaparecen, retornando en tiempos asombrosos, si tomamos en consideración el promedio de vida humana. Sin embargo, no se han dejado a un lado los intentos por conocer el contexto histórico de la primera fase de la historia de los mexicas. Ahora se prueban nuevas hipótesis; se realizan excavaciones arqueológicas; se afinan las metodologías para entender el fenómeno mítico-histórico, y lo más importante: se dispone de un mayor número de ediciones de documentos primarios, acompañadas de estudios críticos.

El Códice Boturini o Tira de la Peregrinación

Analicemos la ruta particular que siguieron los mexitin en esta famosa pictografía, desde la salida de Aztlan hasta su asentamiento temporal en el señorío de Colhuacan, al sur de la cuenca lacustre del Altiplano Central mesoamericano. A pesar de su aparente sencillez, quedan todavía problemas por resolver. Se trata de una larga tira plegada en forma de biombo, hecha de papel de amate, posiblemente pintada en la ciudad de México en la primera mitad del siglo XVI. Dividida en 21 secciones y media, llama la atención la falta de color y el pequeño número de textos explicativos (glosas), algunos de ellos de difícil lectura. Actualmente se resguarda en la Sala de Códices de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, en la ciudad de México.

El códice presenta una disciplinada estructura temporal, conocida como “anales continuos”, donde no faltó un sólo año. Este cómputo se expresa en un sistema en el que cuatro cargadores, llamados ácatl (caña), técpatl (pedernal), calli (casa) y tochtli (conejo), se combinan con 13 numerales. Como se puede verificar en el cuadro que acompaña a este texto, la primera fecha registrada es 1 técpatl, posiblemente 1116 d.C., y la última 6 ácatl, 1303 d.C. Sin que haya explicación todavía, la Tira de la Peregrinación no incluyó la fundación de México-Tenochtitlan, ocurrida en 1325 según cálculos modernos. Las estancias más largas se dieron en Coatlicámac-Coatépec (28 años), Coatitlan y Chapultépec (ambos 20 años). A diferencia de algunos de los códices procedentes de Acolhuacan-Texcoco, como el Xólotl, en el que los datos históricos aparecen en un ámbito geográfico reconocible, el tlacuilo o pintor de la Tira de la Peregrinación optó por sólo dar noticia de los lugares de asentamiento mediante glifos de lugar o topónimos unidos por pisadas humanas. Por alguna circunstancia, en la pictografía el ámbito temporal tuvo prioridad sobre el espacial.

De Aztlan a Coatlicámac

Ésta es la sección donde predomina el mito sobre el dato geográfico. Los lugares registrados se mantienen en un velo de misterio. Por su importancia, Aztlan ha sido objeto de intenso escrutinio respecto a su localización. Dos teorías prevalecen: una isla en la laguna de Mexcaltitlán, en las costas de Nayarit (Wigberto Jiménez Moreno), o un lugar, también de ambiente lacustre, entre Yuriria y Cortázar, al sur de Guanajuato (Paul Kirchhoff).

Ambas posibilidades demuestran que los migrantes no estuvieron lejos de los límites septentrionales de Mesoamérica y, como lo han demostrado los trabajos de Carlos Martínez Marín, poseían una cultura vinculada directamente con sus vecinos sedentarios mesoamericanos. Lo que parece evidente es el origen septentrional de los mexicas, así como su antiguo conocimiento de los medios de supervivencia en ambientes con lagos, de gran utilidad cuando se establecieron en los islotes que se transformarían en la ciudad de México.

Se menciona a continuación el míticohistórico Colhuacan o Hueicolhuacan. En su interior aparece Huitzilopochtli, el más importante dios tribal mexica, hablando u ordenando profusamente (como lo indican las volutas). Aquí, a este sitio, que pudo haber sido una provincia del imperio tolteca, se le ha dado un valor simbólico similar a Chicomóztoc (“lugar de siete cuevas”), origen principal de los chichimecas, con la variable de que el resto de los grupos itinerantes se representaron fuera y a continuación de la prodigiosa montaña. Siguen peregrinando hacia un sitio al que se ha dado el nombre de Cuahuitltzintla (“lugar al pie del árbol”), donde se registra el desprendimiento del grupo de mexitin (mexicas) de otros grupos representados con una casa (calli) y los glifos de los lugares donde más tarde se establecerían definitivamente. La tribu avanzó hacia el sur, no sin antes obtener los instrumentos necesarios para incursionar en regiones donde predominaba el modo de vida chichimeca. Y es aquí donde la travesía se dirige a un rumbo extraño, puesto que ¿pasan sin detenerse? por Cuechtécatl Ichocayan ¿en la Huasteca?, y de ahí hacia Coatlicámac, que algunos estudiosos han identificado con Coatépec, el lugar del nacimiento de Huitzilopochtli, según una de las versiones. Jiménez Moreno señala que Coatlicámac es el actual San Miguel Huimilpan, al sur de Querétaro.

De Tollan (Tula) a Colhuacan (Contitlan)

El siguiente punto, Tollan-Xicocotitlan (Tula, Hidalgo), es el primero verificado con precisión en la geografía actual. De esta importante ciudad, capital imperial de los toltecas, se mueven hacia sitios que se encuentran en el actual Hidalgo y llegan a Tzompanco (Zumpango), para entrar a la zona lacustre. A partir de este punto ha sido posible reconstruir, con cierta precisión, los lugares que atravesaron para llegar a Colhuacan y establecerse en el barrio de Contitlan (“lugar de la olla”), último punto del recorrido en este códice.

Quedan dudas respecto a la ubicación de Acolnáhuac, aquí colocado cerca de Azcapotzalco, y de Amalinalpan, que podría estar en los dominios tepanecas, en las riberas oocidentales del lago de México, o cerca de Chalco, donde existe un pueblo llamado San Lucas Amalinalco.

En general, podemos afirmar que, desde el punto de vista geográfico, parece creíble la versión registrada en la Tira de la Peregrinación del recorrido de los mexitin, particularmente a partir de su ingreso a los lagos de Zumpango y Xaltocan.

 

Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, dedicado al estudio y publicación de códices coloniales del Centro de México, así como a temas sobre el origen del guadalupanismo y la iconografía prehispánica y colonial temprana de tradición nahua.

Noguez, Xavier, “Tira de la Peregrinación. La migración mexica”, Arqueología Mexicana, núm. 81, pp. 48-53.

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