Aunque no existe certeza sobre si en la época prehispánica era una planta cultivada o simplemente recolectada, se sabe que era muy bien apreciada por su olor y su sabor. Fue por ello uno de los productos mesoamericanos que tuvo pronta y amplia aceptación en el mundo tras la conquista.
Nombres indígenas: náhuatl: tlilxóchitl (“flor negra”); totonaco: caxixánat; maya: zizbic.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Vela, Enrique (editor), “Vainilla (Vanilla planifolia)”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 84, pp. 66-67.