Los juegos de pelota en Mesoamérica
Al contrario, en otras regiones, como la costa central del Golfo o el Occidente, el juego tuvo un desarrollo constante y crece el número de canchas. La continuación de la práctica del juego en esas regiones parece muy significativa: en efecto, a diferencia de otras partes de Mesoamérica, tanto el Occidente como el centro- norte de Veracruz, probablemente relacionado con la ciudad de Cantona, parecen tener escasas relaciones con la metrópoli. ¿Acaso la continuidad de la práctica del juego sería una consecuencia de la débil influencia de Teotihuacan?
A fines del Clásico Temprano, hacia 550 d.C., con la caída de Teotihuacan, el ulama recuperó rápidamente su antiguo prestigio: ciudades como Palenque, Copán o Río Bec empezaron a edificar nuevas canchas, y en el Clásico Tardío y el Epiclásico se construyeron canchas casi en todos los sitios mayores y menores de Mesoamérica. Son muy raras las ciudades que no cuentan por lo menos con una cancha y en ocasiones con varias. Bonampak, Motul de San José y Cacaxtla son algunas de esas ciudades donde no se ha identificado todavía ninguna cancha. Debemos recordar que la cancha de Dzibilchaltun sólo se identificó después de la publicación del plano de la ciudad. En la zona maya se construyeron canchas en Tikal, Uaxactún, Copán, Yaxchilán, Piedras Negras, Cancuén, por citar sólo algunos sitios, mientras que las canchas del Preclásico abandonadas de Colha o Pacbitún fueron rehabilitadas. Lo mismo vale para Chiapas, el Altiplano y Oaxaca (Stoll, en este número). Sitios como Tula Chico, Tula, Xochicalco, Monte Albán o Atzompa cuentan con tres canchas cada uno. El juego se popularizó en el centro norte (Michoacán, Guanajuato). Algunos sitios tuvieron canchas múltiples: triple en Tikal, Guatemala; y doble en San Isidro, Chiapas, Nakum y Tz’ibatnah, en el Petén, y Los Ídolos, Veracruz (Daneels, en este número). A lo largo de su cronología, Cantona (Zamora, en este número) alcanzó un total de 27 canchas, mientras su vecino Tajín cuenta con 21, si se confirman las identificaciones recientes obtenidas con la técnica de LIDAR. Casi la mitad de las canchas registradas para toda Mesoamérica están fechadas en el Clásico Tardío.
Imagen: En la mayoría de los sitios arqueológicos, las canchas del juego de pelota están al pie de los edificios grandes. La ubicación se debe, en parte, a consideraciones prácticas, pues se requiere de una amplia superficie plana que dé cabida al área de juego y a las estructurales laterales y terminales. Plaza Central, Cantona, Puebla. El juego de pelota se ve en la parte superior izquierda. Foto: Antonio Mejía / Raíces.
Eric Taladoire. Profesor emérito de arqueología de las Américas en la Universidad de París 1, y miembro de la Unidad de Investigaciones de Arqueología de las Américas. Su especialidad es el estudio del juego de pelota en Mesoamérica.
Taladoire, Eric, “Los juegos de pelota en Mesoamérica”, Arqueología Mexicana, núm. 146, pp. 27-34.
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