El trabajo y los mexica

Enrique Vela

En Tenochtitlan todos debían realizar algún tipo de trabajo, ya que así lo exigía su papel como la ciudad más importante de su época pero también su manera de ver el mundo. Para eso, para trabajar, estaban en esta tierra. Así las cosas, la diversidad de ocupaciones de los mexicas debe verse no sólo como producto de una pujante estructura económica sino como reflejo de su historia social.

Los artesanos

Los especialistas eran un grupo fundamental para una sociedad como la mexica, ávida de productos tanto para satisfacer a su gran población como para el intercambio con otras regiones. El trabajo artesanal tenía un alto grado de especialización, los productos eran muchos y quienes dominaban las técnicas para su elaboración pertenecían a distintos calpullis. Aun así el grupo de los artesanos no parece haber sido uno de los más numerosos en Tenochtitlan. Había tres tipos de productos básicos: los alimentos, los bienes utilitarios y los de lujo. En la producción de los primeros se involucraba de un modo u otro el grueso de la población. Los modos para su obtención (caza, pesca, recolección, cultivo) eran un conocimiento generalizado que se transmitía día a día en el seno familiar, si bien algunos grupos se enfocaban más que otros en alguna actividad particular. Los que producían bienes utilitarios, como cerámica u objetos de palma, podían dedicar a ello parte de su tiempo, en tanto que los que elaboraban bienes de lujo, como joyas o esculturas, normalmente eran especialistas de tiempo completo y trabajaban para la elite.

 

Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Vela, Enrique, “El vestido”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 75, pp. 74-75.