Chichén Itzá fue la capital de una amplia región en el Clásico Terminal y el Posclásico Temprano, cuando alcanzó tal importancia que para la época de la conquista aún quedaba memoria de su existencia en crónicas y leyendas indígenas que relatan su fundación por los itzaes, pueblo venido del oeste.
Los reinos y capitales mayas que se fundaron entre los siglos IX y XIV no escaparon al influjo del mito que relataba la fundación del primer reino en la legendaria ToIlán- Teotihuacán y alguno de ellos fueron declarados hechura tolteca.
Los edificios que conformaban los espacios públicos de las ciudades mayas, además de su valor funcional, poseían un carácter ideológico. Esos espacios transmitían mensajes a la sociedad y funcionaban como medios de legitimación del grupo gobernante.
Este náufrago español que, como sus contemporáneos, buscaba la tierra mítica de El Dorado encontró en cambio la fatigosa gloria de ser, sin saberlo, el fundador de dos estatus: el primer “mexicano” por adopción y el padre de los primeros mestizos. Conquistado y no conquistador, Gonzalo Guerrero es la contraparte de Cortés; con sus actos, ambos marcan desde un principio ese extraño desgarramiento que algunos autores han dado en llamar “la identidad del mexicano”.
Toda vez que las prácticas destinadas a modificar la apariencia -como la deformación de la cabeza, la mutilación dentaria y la escarificación- poseían un profundo valor social y religioso, el estudio de la fisonomía de los antiguos mayas, resultado de la combinación de factores biológicos y pautas culturales, es de gran importancia para entender sus formas de integración social.
Vamos a mencionar las diversas entidades anímicas que han sido ampliamente estudiadas por López Austin: el tonalli, ubicada en la cabeza del individuo; el teyolía, relacionada con el corazón, y el ihíyotl, con el hígado.
Paul Schellhas identificó la mayoría de los glifos nominales asociados a los dioses mayas. Puesto que se sabía tan poco acerca de ellos, Schellhas, en vez de darles un nombre, optó por designar con una letra del alfabeto a cada dios, comenzando por la A.