El enigma del glifo toponímico de Malinalco
Gracias a recientes descubrimientos en el área del Templo Mayor de Tenochtitlan y el estudio de un documento fechado en 1635, procedente del antiguo Matlatzinco, hoy valle de Toluca, podemos adelantar una hipótesis sobre el significado del glifo toponímico de Malinalco.
Se trata de una población poseedora de una extraordinaria historia que se remonta a la etapa prehispánica y en la que, en la etapa colonial temprana, los frailes agustinos edificaron uno de los conjuntos religiosos más importantes de la región. Su convento muestra exuberantes pinturas, únicas en el contexto del arte indocristiano novohispano del siglo XVI.
Malinalco significa “el lugar del malinalli”, un zacate o hierba del género Muhlenbergia sp., conocida también como hierba del zacate del carbonero, por su uso en cuerdas y sacas para transportar carbón o cola de zorro. Las traducciones que se han dado al término malinalli son: torcido, escoba, escobilla, cordel y hierba torcida. Es una planta gramínea de apariencia sencilla sin colores vistosos, que crece, de manera particular, en los espacios abiertos, en la parte superior de los cerros de las zonas semiáridas del Altiplano. Presenta hojas con el envés rasposo que se extienden ampliamente hacia los lados, así como tallos largos y delgados en cuya punta crecen eflorescencias en forma de espiguillas.
Desde la etapa prehispánica se reporta como una planta de usos medicinales, rituales y prácticos. Significativamente, ninguna sección de esta planta presenta una forma de torzal. Pero, a pesar de su sencillez, todo parece indicar que la malinalli jugó importante papel en la iconografía del Posclásico Tardío.
El término malinalli se deriva del verbo malina, que significa torcer cordel, acción de torcer algo. Se esperaría que el glifo del lugar incluiría un mecate o cordel entrelazado o torcido, como aparece en el Códice Mexicanus, elaborado en la etapa colonial, aquí acompañado del glifo de cerro, como indicación de que se trata de un pueblo establecido (altépetl).
Imagen: La hierba del malinalli. Foto: Xavier Noguez. Signo del día malinalli. Códice Telleriano-Remensis, f. 17r. En los ejemplos de los códices del grupo Borgia son más notables las lenguas de fuego o llamas. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Xavier Noguez. Licenciado y maestro en historia por la UNAM. Doctor en estudios latinoamericanos por la Universidad de Tulane. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense. Sus áreas de investigación son los códices del Centro de México y los orígenes de la tradición guadalupana. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Noguez, Xavier, “El enigma del glifo toponímico de Malinalco”, Arqueología Mexicana, núm. 180, pp. 12-15.