La importancia que tuvo la ciudad de Cholula en tiempos prehispánicos y al momento de la invasión europea a México se constata por la existencia, aún hoy, de un enorme montículo artificial del que sabemos fue el edificio indígena de mayores dimensiones en toda la América antigua; fue construido y reconstruido durante muchas generaciones, y se le da una antigüedad inicial correspondiente al primer siglo de nuestra era.
Durante el recorrido que realizaron Cortés y sus huestes, a Principios del siglo XVI, desde las playas de Veracruz a la capital de los mexicas, el sitio de mayores dimensiones e importancia que cruzaron fue, precisamente, Cholula, ubicada en el valle poblano tlaxcalteca, en los cuales durante varios siglos ejerció su dominio e impuso sus tradiciones artísticas y culturales. Esta urbe indígena fue descrita con gran minuciosidad en una de las cartas de relación de Cortés, y en el relato apreciamos que la ciudad debía su notabilidad a su carácter comercial y a la privilegiada ubicación intermedia entre los pueblos costeños y el valle de México.
Otro europeo que fue cautivado por la majestuosidad de los restos arqueológicos de Cholula- específicamente los que se refieren a la gran pirámide en ruinas- fue el viajero alemán Alejandro von Humboldt, que visitó nuestro país a principios del siglo XIX; sabemos, incluso, que Cholula fue el único sitio arqueológico que visitó personalmente durante su estancia en la Nueva España. En su obra titulada Las vistas de las cordilleras y monumentos indígenas de América, nos informa que la pirámide:
. .. se encuentra al este de la ciudad, sobre el camino que conduce de Cholula a Puebla .. está muy bien conservada por el lado oeste. Este monumento piramidal tiene una base más extendida que la de cualquiera de los edificios del mismo género encontrados en el antiguo continente. Lo he medido con cuidado y me he asegurado de que su altura perpendicular no excede los 54 m, pero, al propio tiempo, que cada lado de su base tiene 439 m de longitud ... La base de la pirámide de Cholula es dos veces más grande que la de Keops, pero su altura excede en muy poco la de Miserino.
El mismo Humboldt, al seguir averiguando sobre el sistema constructivo de la gran pirámide de Cholula, fue informado de que al trazarse un nuevo camino de México a Puebla se efectuó una excavación al norte de la construcción, de modo que quedaron a la vista no sólo los adobes con los que está edificada en su núcleo interno, sino que también se descubrió una cámara sepulcral que contenía dos esqueletos, esculturas de piedra y “un gran número de vasijas barnizadas y pintadas con arte”. Nos damos cuenta a través de estas líneas que aun antes de que naciera la moderna arqueología mexicana con un carácter científico-dedicado a estudiar sistemáticamente cada una de las manifestaciones culturales de aquellos pueblos del México antiguo, ya se asociaba a Cholula con la vistosa alfarería identificada por su policromía y brillo.
Desde el siglo XIX se obtuvieron numerosos ejemplares de esta alfarería policroma cholulteca, destinados a las colecciones del viejo Museo Nacional ubicado en las calles de Moneda, de lo que resultó que, en la actualidad, el conjunto de esta vajilla cerámica perteneciente a las colecciones del Museo Nacional de Antropología sea el más rico e importante de que se tiene noticia. Eduardo Noguera y Florencia Müller son los dos arqueólogos que estudiaron con mayor significación esta tradición cerámica, y de su análisis se desprende que la alfarería policroma tuvo como centro de producción a la ciudad de Cholula, donde se han recolectado miles de fragmentos de cerámica que así lo testimonian, pero que también se elaboró en una vasta región que cubre esta zona de los grandes valles poblanos y los de la vecina Tlaxcala.
Todo parece indicar que hacia el final de la etapa arqueológica conocida como Posclásico Temprano (900-1300 d.C.) se inicia esta tradición alfarera-que según algunos investigadores pudo haberse originado en la zona tlaxcalteca-, y que vivió su gran apogeo durante el Posclásico Tardío (1300-1521 d.C.) constituyéndose en uno de los marcadores arqueológicos más significativos de este periodo: incluso se considera que no sólo ejerció su preponderancia en el Altiplano Central mexicano sino que su influencia alcanzó a regiones lejanas como la Huasteca, la costa del Golfo y Sinaloa, en el occidente de México. regiones en donde surgen tradiciones cerámicas locales que imitan decididamente a la alfarería policroma de Cholula.
Felipe Solís Olguín (1944-2009). Arqueólogo por la ENAH. Fue investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia desde 1972. Fue director del Museo Nacional de Antropología desde el año 2000, y curador de las Colecciones Mexicas del mismo recinto.
Solís Olguín, Felipe, “La cerámica policroma de Cholula, Puebla”, Arqueología Mexicana, núm. 7, pp. 53-56.
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