Entre los mexicas, la principal deidad relacionada con esta planta era Centéotl, cuyo nombre significa “dios mazorca madura”, hijo de la deidad solar llamada Piltzinteuctli y de Xochiquétzal, diosa de la tierra húmeda y fértil. Centéotl tenía una contraparte femenina que recibía el nombre calendárico de Chicomecóatl, 7 Serpiente, diosa a la que usualmente se representa con el rostro pintado de rojo, un tocado de papel que semeja una estructura (tal vez un granero) y pares de mazorcas en ambas manos, que –según las fuentes– representaban el “corazón de los graneros”, es decir las mazorcas bendecidas en la fiesta previa al inicio de la siembra. Asociada a Chicomecóatl se encontraba Xilonen, “muñeca de jilote” o jilote pequeño, diosa de los elotes tiernos del maíz, a la que se festejaba en los ritos previos a la primera cosecha, que incluían la decapitación de una doncella.
Imagen: Izquierda: Xilonen, diosa del maíz tierno, lleva dos mazorcas en cada mano. Centro: Brasero de Chicomecóatl. Derecha: Brasero que representan a una deidad con collares de flores y mazorcas. Tlatelolco, Ciudad de México. Museo Nacional de Antropología. Fotos: Archivo Digital de las Colecciones del MNA. INAH-CANON.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Vela, Enrique, “Los dioses del maíz”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 98, pp. 62-65.