En agosto de 1978, y a pocos meses de haber iniciado los trabajos del Proyecto Templo Mayor, un buen día me hablaron del Estado Mayor Presidencial para decirme que los reyes de España, don Juan Carlos I de Borbón y su esposa la reina Sofía, visitarían nuestro país, y que en el programa se contemplaba una visita a las excavaciones del Templo Mayor de los mexicas. El horror se reflejó en mi rostro, ¿cómo decirles a tan altos dignatarios que la ciudad de Tenochtitlan había sido destruida por los españoles? Durante varios días estuve cavilando para salir de aquel entuerto. Finalmente llegó a...