Dentro del complejo mundo de seres serpentinos que se representaron en códices, cerámica, esculturas, relieves, tallas de madera o en diversos elementos arquitectónicos, las imágenes de serpientes de dos cabezas han llamado la atención de los especialistas dedicados al estudio de los animales mesoamericanos.
Este artículo presenta los trabajos de conservación-restauración realizados en tres de los cuatro asentamientos del corredor ecoarqueológico Paamul II: Garra de Jaguar, Ocho Balas y Las Manitas, aledaños al tramo 5 sur del Tren Maya. Se expone un panorama general de los procesos y criterios aplicados, los hallazgos registrados a partir de la intervención, así como la importancia de la colaboración interdisciplinaria.
La intensa vida ritual de la capital altiplánica no sólo se refleja en las complejas ceremonias plasmadas en el arte escultórico, sino también en las ricas ofrendas inhumadas en los principales edificios públicos. De uno de estos contextos procede un conjunto inusitado de animales marinos traídos desde las lejanas costas del Océano Pacífico. Las estrellas, junto con los corales, las almejas y los caracoles ocupan allí un lugar de privilegio.
El conejo, el felino y la serpiente son animales que la tradición indígena mesoamericana asocia con el inframundo, con lo terrestre y, por extensión, con la fertilidad de la tierra.
Gracias a un reconocimiento de la zona de Chichén Itzá con tecnología lidar, con ayuda del proyecto Gran Acuífero Maya (gam) se reconfigurará el mapa subterráneo de Chichén Itzá y cambiará fundamentalmente nuestro entendimiento de la cosmovisión del sitio.
James E. Brady, Guillermo de Anda y Melanie Saldaña
Con el descubrimiento de José Humberto Gómez de los pasajes sellados detrás de un bloqueo intencional de la cueva en 1959, Balamkanché se convirtió en la cueva maya preeminente y la monografía de E. Wyllys Andrews IV (1970) sigue siendo un clásico en la arqueología de cuevas mayas. Sin embargo, la transformación de la cueva en una atracción turística impidió la investigación, aún inconclusa, de este sitio.
Guillermo de Anda, Karla Ortega, James E. Brady y Ana K. Celis
Las investigaciones del proyecto Gran Acuífero Maya en Balamkú buscan establecer un nuevo modelo en los estudios arqueológicos de cuevas mayas. Esto incluye el uso de las últimas técnicas de investigación, como la paleobotánica, lo cual puede darnos una idea mucho más detallada de lo que ocurría en los rituales mayas.
El Osario, en términos prácticos, es un observatorio cenital similar a otros edificados en sitios como Xochicalco, Morelos, Teotihuacan, estado de México, y Monte Albán, Oaxaca.
Palabras en la inauguración de los festejos por los 80 años del INAH, con la presencia de la Secretaria de Cultura y el Director General del INAH, en el Museo Nacional de las Culturas, el 6 de febrero de 2019, a las 18 hrs.
Los cientos de quelites o hierbas comestibles consumidos en México tienen gran potencial por su textura, sabor y valor nutrimental. Muchos de ellos brotan de manera espontánea en la milpa. En otras partes del mundo pueden incluso ser considerados una plaga, pero aquí son aprovechados para enriquecer con sabores, texturas, olores y nutrimentos los platillos. Éstos son sólo algunos de los más populares.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
En náhuatl se le llama tezonzápotl (fruto que tiene color de piedra de tezontli) o tetzápotl. Se consideraba de uso medicinal para varias afecciones. Hoy en día es uno de los frutos “finos” que se consumen en varias partes del trópico y es utilizado por la industria alimenticia en la fabricación de helados y pasteles. El empleo de su semilla como saborizante del chocolate está vigente en el téjate, bebida tradicional oaxaqueña que ha alcanzado popularidad en Estados Unidos.
Fue una de las primeras plantas cultivadas en Mesoamérica. La fecha más antigua, para ejemplares encontrados en las cuevas de Tehuacán, Puebla, corresponde a 7200 a.C.