La intensa vida ritual de la capital altiplánica no sólo se refleja en las complejas ceremonias plasmadas en el arte escultórico, sino también en las ricas ofrendas inhumadas en los principales edificios públicos. De uno de estos contextos procede un conjunto inusitado de animales marinos traídos desde las lejanas costas del Océano Pacífico. Las estrellas, junto con los corales, las almejas y los caracoles ocupan allí un lugar de privilegio.
Las serpientes de agua ocupan un lugar especial en el Códice Florentino de fray Bernardino de Sahagún, pues la descripción de estos reptiles se encuentra en el mismo capítulo donde aparecen lagartos, sapos o, incluso, mamíferos como la nutria o el fantástico ahuítzotl. La razón de esta clasificación es porque estos seres acuáticos no son comestibles, a diferencia de los peces, camarones, tortugas y renacuajos que sí lo son, y que llegan a ocupar párrafos anteriores en el mismo libro undécimo.
El presente trabajo se enfoca exclusivamente en presentar los datos correspondientes al periodo Preclásico en el Ex Casino de la Selva, con el objetivo de presentar una breve historiografía de las intervenciones arqueológicas realizadas a lo largo del tiempo, que comprenden el acervo de información existente sobre el predio.
Sabemos que para el mundo mesoamericano la presencia, el valor y el significado de las serpientes siempre tuvieron un papel destacado dentro del pensamiento religioso, político y social de esta enorme área cultural. En la iconografía prehispánica, la serpiente aparece bajo múltiples formas que, dependiendo del contexto, puede llegar a representar a un dios o a un gobernante; puede denominar un lugar sagrado o a un pueblo en concreto; incluso, el ofidio puede ser la señal de un inminente peligro para el hombre.
Laura Solar Valverde, Luis Octavio Martínez Méndez
El sur de Zacatecas conforma una región geográfica y cultural cuya historia prehispánica se enlaza con la del Occidente. Tal interacción se aprecia desde los inicios de nuestra era con la adopción de la tradición funeraria de las tumbas de tiro. A partir de entonces, ambas áreas compartieron patrones culturales hasta la época de la conquista hispana.
Según datos del Quintana Roo Speleological Survey, solo en el norte del estado se distribuyen 358 sistemas de cuevas sumergidas, lo que representan cerca de mil 400 km de pasajes inundados de agua dulce.
Durante su tiempo fue el despegue del poderío de la ciudad, ya que según las crónicas los tenochcas se dieron a la tarea de construir barcas para el desarrollo de la pesca y la caza en el lago.
Importante poblado prehispánico del estado de Tlaxcala, municipio de Calpulalpan, era parte del señorío acolhua, fundado aproximadamente hacia 1200 d.C. y destruido en 1521 d.C.
En 1885, los habitantes de la capital mexicana vieron los esfuerzos de un grupo de militares para desprender, del costado de la Catedral metropolitana, el célebre monolito.
Una reciente revisión de cráneos perforados en Chichén Itzá brinda nuevas pistas sobre el procesamiento y la exhibición de cabezas sobre maderos en los tzompantlis.
El nuevo discurso planteará formas renovadas de mirar y entender lo que el público cree conocer sobre los teenek, otomíes, nahuas, tepehuas y totonacos