El perro fue el animal que sustituyó al hombre en el sacrificio sangriento porque es el más cercano a los seres humanos, el más dócil, el más fiel y el que puede representarlos ante los dioses.
En el último cuarto del siglo XVI del Océano Pacífico estaban bajo el dominio del imperio español y eran un punto clave en el comercio de este imperio con el Oriente.
"...hallóse allí en aquel pueblo mucha sangre de los españoles que mataron, por las paredes que habían rociado con ella a sus ídolos; también se halló dos caras que habían desollado...”
Aunque no se sabe qué tan grande fue el grupo que inicialmente en Teotihuacan, se cree que formó un barrio específico que abarcaba una docena de conjuntos habitacionales.
Cuando los primeros españoles tocaron tierras continentales en el Nuevo Mundo se sorprendieron de que sus habitantes supieran escribir y tuvieran libros hechos en “papel”.
La representación fue empleada especialmente para nombrar a uno de los portadores anuales en el calendario zapoteco y para identificar personas que nacían en los días llamados “relámpago” o “lluvia”.