La cuestión de la identidad chichimeca y culhua-tolteca parece determinante en el desarrollo de las relaciones entre Azcapotzalco, Tenochtitlan y Tlacopan.
La iconografía de Rivera es múltiple y altamente compleja. En la profusión de imágenes se traman significados polivalentes, tanto mensajes abiertos como cifrados, inabarcables en una breve descripción.
Desde la época prehispánica, las diferentes especies de víboras han tenido un lugar crucial en la cosmovisión de los pueblos y han desempeñado un papel sagrado.
El consumo del amaranto en la Nueva España disminuyó notablemente, tal vez por ser ajeno al gusto y usos culinarios de los españoles o por su horror al saber que la semilla tostada y reventada, de manera semejante a las palomitas de maíz, era mezclada con sangre de los sacrificados.
En el origen, Uaxactún fue más importante que Tikal, como lo demuestran las obras arquitectónicas del Preclásico Tardío, entre las que sobresalen cuatro grupos triádicos, cuatro pirámides radiales, tres conjuntos astronómicos y un juego de pelota.
En un gran número de las primeras iglesias de México y Guatemala se reutilizaron monumentos indígenas para pilas bautismales, pilas de agua bendita o soportes de cruces de calvarios.
La visita de iglesias y casonas coloniales en la ciudad de México suele deparar gratas sorpresas no sólo a los aficionados del arte novohispano, sino también a los interesados en la plástica de las sociedades anteriores a la conquista europea.