El consumo de un prisionero de guerra entre los nahuas del Posclásico Tardío
“…también ellos, los cautivos, algunos de ellos morían entonces. Se decía que por ellos Motecuhzoma se vivificaba; por ellos se fortalecía del tonalli; por ellos se erguía […] por ellos se llenaba de tléyotl, se llenaba de fama, se embravecía. Así se hacía temible” (Códice Florentino).
A mi juicio, los términos “embravecerse” (motecuantlalia) o “hacerse temible” en náhuatl se refieren a la transformación del tlatoani en un caníbal. Tecuani, que suele traducirse como “bestia fiera” significa “él come (o devora) hombres”. Se trata de transformarse en el enemigo a través de la captura y el consumo de un guerrero noble, que poseía la máxima potencia del tonalli (calor, fuerza anímica), el tequayotili (ferocidad) y el tléyotl (fama).
En palabras del antropólogo Marshall Sahlins, lo poderoso se adquiría fuera de la propia comunidad y se asociaba con lo bárbaro. Cuando los texcocanos querían poner fin a una guerra florida, Moctezuma contestó furiosamente que con la decisión de dejar de capturar enemigos “borraban la memoria de los heroicos hechos de sus mayores, y manchaban la fama y gloria de los chichimecas y aculhuas sus antepasados”. Poseer las cualidades del chichimeca era un orgullo.
Imagen: Cuerpo cocido en una olla; esta figura forma parte de un calendario mántico. Códice Borgia, lám. 7. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Stan Declercq. Arqueólogo por la ENAH con maestría y doctorado en estudios mesoamericanos por la UNAM. Posdoctorante en el posgrado de arqueología de la ENAH. Es autor del libro Cautivos del espejo de agua (inah/Bonilla).
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Declercq, Stan, “El consumo de un prisionero de guerra entre los nahuas del Posclásico Tardío”, Arqueología Mexicana, núm. 180, pp. 64-67.