El simbolismo de los objetos de concha del Templo Mayor de Tenochtitlan

Adrián Velázquez Castro

Para los pueblos mesoamericanos las conchas y los caracoles eran elementos ligados al agua y la fertilidad. Sin embargo, también se les encuentra en contextos de guerra y sacrificio. En este texto se exploran las significaciones que se pueden inferir de los objetos de concha de las ofrendas tenochcas.

Los mexicas depositaron grandes cantidades de objetos en las ofrendas enterradas en honor del Templo Mayor de Tenochtitlan y sus edificaciones aledañas. Los estudiosos de este fenómeno han planteado que esos dones ofrecidos a los dioses eran una suerte de pago, a cambio del cual se obtenían beneficios como la victoria en la guerra y buenas cosechas. También se ha dicho que en los tipos de objetos ofrendados, en su disposición en el interior de las oblaciones y en su asociación con otros elementos, se expresaron mensajes específicos. El propósito de este texto es mostrar las significaciones que pueden inferirse de las piezas de concha que se han encontrado en las ofrendas tenochcas, que se expresan en sus relaciones contextuales, al interior de ellas y con el recinto sagrado de Tenochtitlan.

Antecedentes sobre el simbolismo de la concha en Mesoamérica

Las conchas de moluscos se cuentan entre los materiales que las culturas prehispánicas mesoamericanas tenían en mayor aprecio y, por lo tanto, se les asociaba con ideas determinadas. Muy probablemente porque muchas de ellas son marinas, o bien procedentes de ríos o lagunas, se les asoció con el agua y el inframundo, el segmento del cosmos que se creía que estaba debajo de la tierra y era fundamentalmente acuático. Evidencia de ello son las numerosas representaciones de corrientes de agua, en cuyo interior se pueden observar almejas y caracoles. El inframundo fue ampliamente recreado en las ofrendas del Templo Mayor; en el fondo de muchas de ellas se colocaron elementos marinos, entre ellos gran cantidad de conchas no modificadas, es decir, no transformadas en objetos.

El agua es el líquido vital, sin el que es imposible la existencia de los seres vivientes. La cíclica llegada de las lluvias garantizaba la fructificación de la tierra y las buenas cosechas. Muy probablemente a ello se deba que la concha no sólo fuera un símbolo del agua sino también de la fertilidad. Una bella expresión de ello puede encontrarse en los murales teotihuacanos, en los que sacerdotes sembradores dejan caer semillas de sus manos a la vez que de ellas brotan vírgulas floridas, en cuyo interior hay almejas y caracoles. La asociación con la fertilidad del agua y de la tierra se hizo extensiva a la fecundidad humana y los grandes caracoles llegaron a compararse con el útero femenino.

Algunos hallazgos arqueológicos han mostrado que las conchas también se asociaron con la guerra y el sacrificio. Uno de los casos más elocuentes son los grupos de guerreros que fueron enterrados para consagrar el Templo de la Serpiente Emplumada en Teotihuacan. Los guerreros llevan pectorales hechos con piezas de concha, algunas de las cuales simulaban dientes humanos o de cánidos. Otro es la vestimenta ceremonial guerrera hallada en Tula, en una ofrenda depositada al centro de la sala 2 del Palacio Quemado, cuyos elementos arquitectónicos evidencian que estaba dedicada a un culto bélico y solar.

Esta rápida revisión ha permitido encontrar dos grandes campos de significación asociados a las conchas: por un lado el agua y la fertilidad y por el otro la guerra y el sacrificio. A continuación se verá si la revisión de algunos objetos y contextos tenochcas permiten encontrar una lógica que los articule o si son conjuntos de sentido totalmente independientes.

Los objetos de concha de las ofrendas del Templo Mayor

La distribución de los objetos de concha en el recinto sagrado de Tenochtitlan permitió conocer dos grupos muy claros de objetos: aquellos que fueron depositados en la mitad norte del Templo Mayor, dedicado a Tláloc, divinidad de la lluvia, y los que se colocaron en su mitad sur, consagrada a Huitzilopochti, dios de la guerra. Un tercer conjunto de piezas fue enterrado en ambos lados del edificio e incluso en las edificaciones aledañas.

 

Adrián Velázquez Castro. Arqueólogo, maestro en historia y etnohistoria y doctor en antropología. Investigador del Museo del Templo Mayor, INAH. Ha desarrollado una extensa investigación sobre los objetos de conchas de moluscos prehispánicos, particularmente en lo que respecta a su producción.

Velázquez Castro, Adrián, “El simbolismo de los objetos de concha del Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 161, pp. 60-67.