Los estudiosos han intentado identificar probables retratos del rey Quetzalcóatl en la iconografía de tula.

En el imaginario de diversas culturas de Mesoamérica el cerro del origen, el de los mantenimientos, el Tonacatépetl mexica o el Witz maya, contenía en su interior el origen de la vida.

Para lograr piezas de tanta maestría como una mandíbula de Cacaxtla tuvieron que pasar varios miles de años, en los que se perfeccionaron las técnicas de trabajo con huesos humanos.

Fuerte y ágil, con un agudo sentido del olfato y afiladas garras, se convirtió en parangón de las virtudes masculinas, identificado con cazadores y guerreros y, por analogía, con la guerra y el sacrificio.

El Templo de Quetzalcóatl muestra ambos aspectos con la presencia del sacrificio y los símbolos relacionados con fertilidad, vida, etc.

Las autoras postulan la posibilidad de que en Xochicalco se originara la imagen de Quetzalcóatl humanizado en el Altiplano Central.

Durante mucho tiempo ha persistido la idea de que el juego de pelota en Teotihuacan no se practicaba en canchas cerradas, como las que existían en otros sitios contemporáneos.

Los objetos más frecuentes en la iconografía de Tula son las armas, entre las que destacan escudos, lanzas, dardos, lanzadardos o átlatl, armas curvas, cuchillos y una banda acolchada para cubrir el brazo.

El resultado de los estudios etnoarqueológicos indica que, en casi toso el país, el maguey ha sido utilizado ampliamente para elaborar mezcal.

La producción de bienes suntuarios o de aquellos que se utilizaban en rituales se encontraba bajo el control de los gobernantes.

De morada tolteca hasta Museo Nacional de Historia

Los dientes se forman desde el vientre materno y su desarrollo termina durante la vida adulta al brotar el tercer molar o muela del “juicio”.

Estas plantas generalmente se comen en estadios tiernos, antes de la floración, cocidas en agua o fritas en salsa picante, y son productos de temporada ya que se desarrollan al inicio de la estación lluviosa.

El sahumador era conocido en la época prehispánica como tlémaitl, “manos de fuego”.

Las piezas de artillería se operaban desde los barcos y demolían las defensas indígenas.