Ya que desde épocas tempranas los huastecos habitan la misma región, la denominación geográfica corresponde con la cultural. Además presentan algunos rasgos que los distinguen del resto de las sociedades mesoamericanas.
Del porcentaje de enterramientos de perros localizados en Tlatilco se concluye que junto con los restos de tortuga y venado cola blanca deben haber formado parte de la alimentación de los habitantes del sitio.
Se distingue por su gran complejidad, patente no sólo en sus extraordinarias creaciones culturales, sino en su capacidad de trascender su ámbito originario y convertirse en la primera cultura propiamente mesoamericana.
Esta urbe del Epiclásico tenía plazas, un gran centro cívico-religioso, palacios, templos, casa de elite, áreas de almacenamiento y un sinnúmero de unidades habitacionales.
La domesticación de los amarantos para producción de grano tuvo lugar en América tropical y se desarrollaron las especies A. cruentus, A. hypochondriacus y A. caudatus.
El Templo Mayor es una representación del cerro Coatépec, lugar en donde el dios de la guerra nace, adulto, y armado con una serpiente de fuego da muerte a su hermana Coyolxauhqui.
Dos culturas, la mixteca y la zapoteca, dominaron, y aún lo hacen, el panorama cultural de Oaxaca. Sin embargo, en esta región han coexistido desde tiempos remotos hasta la actualidad un gran número de grupos étnicos.
Su extraordinaria riqueza natural, así como su envidiable posición respecto a otras zonas, fueron factores propicios para el desarrollo en la región central de un amplio y diverso conjunto de culturas locales.
Aquí se dio un desarrollo cultural que abarcó desde 2500 a. C. hasta la conquista, del que son herederos numerosos pobladores indígenas, entre los que perviven no sólo prácticas prehispánicas, sino sus idiomas originales.
Las favorables condiciones ambientales de la costa de Golfo propiciaron desde épocas tempranas el desarrollo de diversos grupos, como los olmecas, los huastecos, los del Centro de Veracruz, el de Tajín y los totonacos.
Debido a su amplitud y a su prolongada ocupación, fue el escenario del desarrollo de múltiples tradiciones culturales, algunas de claro origen local y otras pertenecientes de manera relevante a la esfera mesoamericana.